La aventura de ser mamá: Una pausa en el camino
Desde hace algunos meses, combinar el periodismo de a pie, la maternidad y la vida cotidiana comenzaron a ser una carga muy pesada para mi… estaba con mis hijas, pero mi mente estaba monitoreando, planeando la agenda del día siguiente, muchos fines de semana no podía verlas más que un ratito, e incluso algunas tardes tampoco se las podía dedicar a ellas.

Hubo días que llegué tarde por ellas a la escuela, festivales que no disfruté por estar pendiente del teléfono, y una serie de circunstancias que me orillaron a no sentirme feliz, sino estresada, siempre de malas, poco paciente, sobre estimulada y en general, sentía que mi salud mental se estaba deteriorando, y mis hijas estaban pagando los platos rotos.
Llevo más de 10 años ejerciendo el periodismo, una carrera que me ha llevado a conocer un sinfín de lugares, decenas de personas, muchas de las cuales se han convertido en amigos, a vivir experiencias enriquecedoras, a conocer las peores historias que he contado, una trayectoria con dos caras de la moneda, que se resume a contar historias, pero ya muchas de ellas también me estaban afectando al grado de experimentar ansiedad y depresión, de pensar en escenarios catastróficos y no poder estar tranquila.
Por eso, decidí buscar otra alternativa, hacer una pausa en la labor reporteril y encontré una opción que me permitirá estar más tiempo con mis hijas, que son mi prioridad, además de ocuparme en otro giro que ya no me tenga atormentada por el panorama o angustiada por lo que pasa en el día a día, donde podré adquirir experiencia en otro campo, crecer y asumir nuevos retos, pues incluso, comenzaba a sentirme estancada y frustrada.

Después de una década en este campo, hoy tengo sentimientos encontrados, por supuesto que hay nostalgia por todas esas historias contadas, las anécdotas vividas y el crecimiento personal que tuve, pude cubrir la visita de un Papa, presentar una nota en vivo en cadena nacional, cubrir las consecuencias de un terremoto, de una pandemia, que ahora que lo escribo, pareciera que todo este tiempo viví una película, pero estuve ahí para contarlo, me siento orgullosa, satisfecha y feliz de haber tenido esa oportunidad, y poder cerrar este capítulo para pasar al que sigue, que creo en este momento es un cambio que le vendrá muy bien a mi paz mental y a mi familia.
También me siento entusiasmada de asumir un nuevo reto laboral, de un reacomodo en nuestro estilo de vida, aunque claro que lno periodismo no se podrá librar de mí tan fácil, pues seguiré escribiendo para este medio, que es, ha sido y seguirá siendo mi lugar seguro y un espacio con el que estoy muy agradecida para poder hablar de mi maternidad y de tantos temas en los que continuaré ejercitando la pluma.
Así que la aventura de ser mamá continúa, ahora comienza un nuevo capítulo, de eso se trata la maternidad y también la vida, de ciclos que se cierran y otros que comienzan, siento que estoy haciendo lo correcto, me siento en paz, estoy disfrutando como nunca a mi familia y me doy cuenta de que traía demasiadas cosas encima, que tenía que soltar para poder recibir lo que está por venir.
Mucha suerte en tu nueva aventura y camino eres muy chingona Ale y soy muy fan de tu trabajo.