La Columna: El delantero callado
Dicen los que le vieron por tierras chiapanecas que Guillermo Martínez no es de escaparate, que no le gusta el reflector y que trabaja siempre pensando en mejorar. Que sus pensamientos se enfocan en jugar al futbol y el único “pecado” que tenía, cuando formaba parte de Cafetaleros de Chiapas, era tener el mejor coche del estacionamiento en el Reyna; después, era profesional 24/7.
Los que le dirigieron dicen que es un 9 tradicional, un tipo con altura que remata bien con la cabeza, que maneja dos perfiles y que busca siempre definir de primera, con el recurso cuando la bola viene difícil y que a la par, también puede jugar de espaldas al marco, que sabe retener el balón para esperar a sus compañeros y que su efectividad es importante.
También dicen que en Cafetaleros los “expertos” aficionados lo señalaban de “tronco” porque en su debut, en duelo de exhibición ante Pumas en el Reyna, tuvo los arrestos para pedir un penal que significaba la ventaja del de casa y lo erró, pero dicen también que en el estadio de la UAEM, junto a Armando Zamorano, armaron un gol que pudo ser el del torneo, con una gran visión del volante y una definición de crack del delantero.
Tras la disolución de Cafetaleros en Expansión, el delantero fue a Celaya, siendo propiedad de ahora Cancún FC, surgió la posibilidad de ir al Puebla y en la Franja el delantero comenzó a recuperar un prestigio que tuvo cuando se formó en Chivas y que tuvo que ir puliendo en Ascenso, hasta volver y en este Apertura 2023 obtener el resultado de ese trabajo puntual.
Su gol con la Selección Nacional también debe ser un reconocimiento a una carrera que tuvo que rearmarse, reinventarse en un mercado que suele seducirse con los límites exteriores de las fronteras, con cualquier nombre y sin importar el precio. Martínez fue el mejor goleador mexicano del torneo y se sabe que no es un joven, pero puede volver a donde todo comenzó.
Chivas parece estar interesado, porque es su mercado y porque sabe que el jugador reconoce el linaje que lo formó, ahora resta saber si está decidido y si el jugador está convencido con la oportunidad. En Selección ya dio asistencia y anotó con el olfato, es decir, no hay camiseta que pueda mermar su objetivo y será cuestión de verlo en ese escenario.
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