La Columna: Es un ejemplo pero…
Que en el beisbol se pueda vivir un ambiente muy distinto al del futbol, tiene demasiadas aristas y un inexplicable resultado. El futbol no encuentro el botón, al menos en México, para poder tener el nivel de asistencia y derrama que tiene el beisbol y aunque puede hablar de todo lo que envuelve a un duelo del Rey de los Deportes, es un hecho que la atracción del futbol no puede ser canalizada de distinta forma.
Aunque no está excento de tener broncas y algunos actos de furia entre aficionados, quizá no podamos encontrar un antecedente como el del pasado 5 de marzo en Querétaro y el futbol, que dejaron huella, taparon un pozo, que está a semanas de destaparse de nuevo, no hay forma de que el futbol mantenga la pasion dentro de los cabales y el beisbol, que no debería, parece contar con asistentes que respetan un poco más su espectáculo.
Que la mercadotecnia tiene mucho que ver y es cierto, el beisbol procura que la experiencia en el estadio sea tan buena, que el aficionado quiera volver y por ejemplo, en la MLS el formato mercadológico de muchos aspectos del juego, terminan haciendo que en el vecino país del norte, la afición pueda disfrutar de mejor manera el futbol, porque del beisbol ni hablar, es el mejor espectaculo que tienen en norteamérica.
EN México, hay que comenzar por los estadios vetustos, que son el primer gran obstáculo. Hay aficionados que reconocen incomodidad en une stadio, desde que no le van a respetar su lugar, que habrá algún cubetero gandalla que le subirá a la cerveza, de un estacionamiento que es más inseguro, como el interior del estadio.
Después, en lo que al espectáculo respecta, todo l fantasma del tema arbitral, de equipos hermanados y todos esos detalles, terminan haciendo poco atractivo el futbol en nuestro país y hay que sumarle la violencia que propician los grupos de animación.
La México City Series que trae Grandes Ligas a nuestropaís, debe servir como ejemplo de un verdadero espectáculo de principio a fin, copiar lo mejor, ejecutar mejores estrategias y proteger a quienes de verdad aman el juego, todo lo demás será una mala decisión, que cada vez se refleja en el menor interés por un deporte que ya da señales importantes de entrar en una crisis.
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