La Columna: Es un tema mesiánico
No, hoy no vamos a hablar del Indeporte, hablamos más aquí que en cualquier panorama donde debiera figurar su directora. Tampoco de Messi, el argentino sigue su camino al título de la Leagues Cup, hasta parece que sus rivales se quitan cuando va a pasar con la pelota, tenía razón su papá cuando afirmó a dirigentes del Barcelona, que Leo buscaba menos presión, solo falta que le pongan alfombra roja.
No podemos hablar de “Tláloc” y el agua que está en todas partes, porque paga mucha publicidad en redes sociales y por aquí, en medios tradicionales, “poquititea” de mala forma y quizá no sea tanto él, pero su séquito es selectivo y muy moderno, con operadores y pautadores en redes, que se enfocan en eso y obvian a quienes tienen mayor potencial.
Se trata pues de ese tema en el que está envuelto el parque más emblemático que tiene la capital chiapaneca y no, tampoco vamos a contar árboles y señalar a ambientalistas y los intereses que pueden estar involucrados, porque el tema está polarizado y cualquier situación de ese tipo tiende a parecer enfocada a beneficiar a un bando o al otro. Nada que ver.
Las obras mesiánicas no son novedad, al menos a muchos gobernadores les ha representado un beneficio importante en la inmediatez, después cuando otro dirigente está en el poder, ya no sirve de mucho. Ahora todo parece obedecer a una tendencia nacional, partidista y que pretende con estas obras, justo cuando se enfila la última parte del sexenio, a que con esas obras se puede revivir el buen ambiente entre el electorado, pintando estas obras con el color guinda que ha inundado muchos estados de la República Mexicana; sin embargo, que hasta meses previos a finalizar el sexenio hablen de una “necesidad” de Tuxtla Gutiérrez por estas obras, en las que se van a gastar dinero que pudieron gastarse desde antes, con un proyecto de desarrollo urbano y estudios de los más reconocidos ambientalistas, en los que se pudieran combinar las construcciones que menos afecten al ambiente y estar todos cordiales en ese sentido, no es más que eso, el síntoma principal de que no existían proyecto, que se sentaron en el dinero y que ahora, en el afán de “convencer” que lo hicieron bien, buscan cerrar con estas obras que parecen a la carrera, disfrazadas de desarrollo.
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