La Columna: Hay mucho que contabilizar

Y miren que ya se acerca un aniversario del cierre del Sospó, pensando en rehabilitarlo y de alguna manera, encontrar una buena oportunidad de no “gastar” mucho por parte de los dueños de ese escenario.

Miren que el Sospó, en aquella época en la que la moda fue cambiar los campos en el llano y hacerlos de pasto sintético, al Sospó le tocó le benevolencia de aquel proyecto “Que viva el centro” y le salpicó. Desde esa ocasión, han pasado un sinfín de dirigentes en la Liga que exprimieron el campo, rentas, competiciones, espectáculos y algunos otros detalles, que entregaron ingresos pero de “conservar” el campo, nada.

Desde aquella ocasión se hablaba que el alumbrado era malo, y es que no se puede tener todo en la vida y en lugar de “invertirle” a la luz, pues vaya que se enfocaron en otros detalles y eso no permitió que aquella conversión del limo, que muchos añoran en el Sospó, pasaran al sintético, donde no muchos estaban conformes, peor ya se acostumbraron.

Ahora encontraron gestión para que en el Indeporte les dieran dinero, aprovechando la inercia política en la que buscaban un par de integrantes del gabinete estatal, colarse entre los elegidos a una curul y no suena descabellado, porque son pocos los que quizá no quisieron continuar en el plano político, pero a los que se decidieron a meterle al Sospó, no les debió rendir lo esperado y ahora ven a lo lejos que su inversión no alcanzó, reabrieron el inmueble en enero con un juego de “leyendas” y ya se va a terminar marzo y siguen sin poder usar un espacio en el que no se dieron cuenta que hacía falta una parte importante.

Una tristeza que haya sucedido así, una pena que el futbolista vaya a ser, de nueva cuenta, el juguetito de los dirigentes que los tienen sin actividad, porque no han podido usar un escenario que está entre los de mayor tradición en el futbol del estado, peor que últimamente se ha convertido en el negocio de unos cuantos.