La Columna: Hizo falta algo más
Luego de contabilizar las formas en las que se está tratando de signar convenios con instituciones de Educación Superior, por parte del Instituto del Deporte en nuestro estado, es evidente que los convenios que se han realizado hasta el momento, están demasiado lejos de lo que se pretende para atender un nivel de deportistas que no han sido atendidos a lo largo de la historia.
El deporte universitario, en el que ya están la mayoría de los deportistas de alto rendimiento y muy pocos de Nacionales CONADE, normalmente se presenta una crisis en esa transición, porque tras dejar la institución media superior, no encuentra la institución que busca o bien, no tiene las opciones ni académicas ni económicas para una institución particular. Dicen que los convenios que se firman indican “descuentos” en colegiaturas y no existe un convenio en el que se puedan crear una estructura de visoría que se enlace con una institución pública que pueda ofrecer el entorno ideal a los deportistas.
Quizá hace algunos años, la Universidad del Sur fue una institución que alcanzó a arropar deportistas, pero todos los que egresaron de esa institución tuvieron que erogar para su titulación, por lo menos; después, hay instituciones que sin tener convenio con el Indeporte, arropaba a los deportistas de alto rendimiento, como la UPGCH que tuvo a Susana Fuentes y que, compitiendo en el CONDDE, la halterista fue tetracampeona nacional representando a esa institución y hasta campeona mundial universitaria, pero fue la institución la que buscó a la deportista y no un convenio.
Así existen otros casos y ahora que se firman convenios por todos lados, hay que adelantar que ninguno de esos sirve, por ejemplo, para evitar que los atletas emigren a otro estado, convencidos por instituciones públicas en su mayoría, de mayor prestigio y con programas que acompañan el alto rendimiento.
No es sencillo, pero esos convenios son mera apariencia porque los de verdad se realizan a otro nivel y no únicamente en tiempos como los que políticamente nos toca vivir.
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