La Columna: Imaginen el mal momento
Dicen que hay una triste historia rondando en la cabeza de un “aspirante”, un momento de esos malos en los que una decisión fue determinante y ahora hay que nadar contracorriente para ver si pueden reparar lo que a todas luces, pareció un desprecio político, una duda (razonable si ustedes quieres), que ejemplificó la actualidad de la política, donde hasta los lazos estrechos suelen esfumarse.
Este fin de semana, en la activación masiva que se dio en Caña Hueca, fueron ausentes los que al menos se han manifestado ya con aspiraciones para ser los considerados por el candidato que lleva la preferencia de todos, salvo por la actividad previa en sus redes sociales, pero aparecen otros y así se va diversificando el tema, del que sospechamos, volveremos a tener que ver una figura representativa, con una alta plantilla burocrática, que no deja espacio para operar en pro de los deportistas.
Pero eso no es tanto el tema, cuentan que hay un “aspirante” en específico, que parecía ser el más encaminado por un parentesco, que se llevó una mala noticia, pues cuando vio el tema complicado en la elección de coordinadores, quiso jugar a doble carta y luego de ver quienes eran los dos en disputa, s ele olvidó pues el parentesco y se acercó a la otra parte para “acercarle” pues su proyecto, pensando en no quedarse sin la opción de cumplir su sueño, de volver al sitio donde se vio en el medio de la polémica por unas facturas de alimentos infladas (dicen que en aquel tiempo, en la Villa comían como en restaurante cinco Estrellas Michelín, pero los atletas evidenciaban que no les daban mucho), aquel momento en el que el pasaje redondo Tuxtla – Tijuana costó casi lo mismo que ir a Europa, elija usted el destino y esa agencia de viajes lo hacía posible. Que tiempos aquellos.
Pero de ese “aspirante” tomaron nota en el bando opositor, el que no fue beneficiado y cuando se disipó todo, pues no faltó el que, algo molesto, fue y comentó que alguien había intentado jugar a dos cartas y me parece que, todavía, uno de los valores en política es la lealtad (aunque a los del “equipo ganador” no se les da) y es por eso que, si ya no ve mucho a quien todo el mundo pensaba que volvía, es quizá porque ya le dijeron que ya saben de sus intenciones y que, con muchas posibilidades, no habrá compadrazgo que le valga en esta ocasión.
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