La Columna: Las virtudes del otro
Tras la batalla que protagonizaron el Real Madrid y el Manchester City, primera de dos en cuartos de final de Champions league, nadie considera que las virtudes que se pueden identificar como necesarias en el futbol actual, las tiene el equipo inglés, con la fórmula económica del recurso económico inagotable que le permite comprar lo que acomoda más a sus objetivos, que con un entrenador que sabe mover a sus piezas, tenemos a un “súper equipo”
Después, enfrente, está el Real Madrid que económicamente también tiene virtudes y que ayer volvió a demostrar que compite en cualquier terreno y ya después podemos hablar de las circunstancias, de si quién está obligado, pero hay que puntualizar en que, el actual campeón tiene la obligación y el equipo que más ha ganado este torneo, también, ninguno puede esquivar la responsabilidad de ser protagonista y en la ida cumplieron de buena forma.
No se puede hablar de bajas, porque todos hablan de la ausencia de DeBruyne, mientras que no perciben que el Real Madrid no trajo un central a pesar de tener que prescindir de sus dos titulares. Rüdiger podría ser titular en el City y en cualquier equipo del mundo; de hecho, el alemán fue el titular cuando el Chelsea le arrebató la Champions al City y ahí no se desmerece nada. Bajas en los dos bandos, pero las del Madrid, que encima carece de un 9 de referencia, para completar un planteamiento en el que, Guardiola se vio sorprendido cuando vio a Rodrygo por izquierda y con Vinicius entre líneas y encima, cuando el partido se puso cuesta arriba para el Madrid, aparecieron Modric y Valverde; el uruguayo sabe que su potencial y su actual nivel están cerca de lo más top, aunque los reflectores sean menores.
La vuelta promete mucho, en lo que se convirtió ya en uno de los mejores encuentros de futbol que se hayan disputado en este ciclo y cómo esperar menos, si en la cancha estuvieron los dos equipos que representan al futbol en sus respectivos movimientos, el que tiene en la globalización a su principal arma, además del dinero, y quien tiene tras de sí, toda la historia posible que lo obliga a dar la cara por ese futbol romántico, del que cada vez queda menos.
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