La Columna: Las vueltas en Baréin

Sergio Pérez arrancó la temporada de Fórmula Uno como se espera de su presencia en RedBull, debe estar siempre a un lado de Max Verstappen y cuando exista la posibilidad, demostrar el gran piloto que es.

¿Cuándo será esa oportunidad de demostrar su nivel”, cuando el neerlandés no consiga dominar, cuando la suerte no acompañe al campeón y cuando el equipo no esté a la altura, siempre en la campaña hay momentos, como cuando el mexicano ha demostrado su habilidad al volante, sin tener que estar a merced del piloto uno de su equipo.

En RedBull ya saben de las habilidades del mexicano y quieren que esté siempre a la altura, que sepa ser el escudero de Verstappen y lo ha conseguido desde la primera carrera del campeonato, con ese pódium que complementa su paso por ese equipo, que debe seguir en el entendido que no existe mejor piloto para esa posición.

Pero Pérez merece algo más de vez en vez, por ejemplo, que esta campaña si se convenza hasta Verstappen que en CDMX el mexicano debe ponerle la cereza al pastel de su ya histórica carrera, que lo colocan como el piloto más grande que haya visto México y la Fórmula Uno debe tener consideraciones con él.

Sí, cómo puede suceder si no es el primero de su equipo; sin embargo, con el resultado del fin de semana, Pérez en segundo del GP de Baréin, estuvo por delante del piloto uno de Mercedes, Ferrari y el resto, con lo que se ubicaría únicamente detrás de Verstappen, tal y como sucedió en la campaña anterior, cuando el mexicano finalizó subcampeón en el campeonato de pilotos, tras sumar los puntos necesarios.

De nuevo caemos en la cuenta que la tarea de Pérez es en las calificaciones, los sábados, cuando hay que desarrollar estrategia y, si se puede, trabajar para su coequipero, que siempre debe pelear por la mayor cantidad de puntos disponibles y con Pérez como parte de ese equipo, de lo que suma a los objetivos. Verstappen va a ser histórico, Pérez le acompañará por la gran labor de los últimos años.