La Columna: Más de 100 días
Hay quien se cansó de afirmar que, la designación del encargado de deportes en el municipio, no fue algo que tuviera base en algún proyecto para Tuxtla, sus deportistas y la imperiosa necesidad de hacer cada vez más eficientes los espacios públicos para realizar deporte, pero ya van más de 100 días y lo único que se ha desarrollado desde que se designó al ex luchador, es la gran habilidad que ha desarrollado, para quitarse el sombrero y cuadrarse, cuando se menciona en algún lado la palabra Indeporte.
Cualquier tema del que se vaya a desarrollar, en el que deben aparecer las tablas para analizar y desarrollar una respuesta inmediata, sacando habilidades que no necesariamente sean sudar tras largas jornadas de entrenamiento, en la dirigencia del deporte municipal no existen y es que no es sencillo pensar que es sencillo, pero tampoco está alejado del sentido común.
Desde meses antes de su designación, el dirigente del Indetux se reunía con el Coordinador Estatal de Delegados Regionales del Indeporte, quienes, en una cafetería del Poniente tuxtleco, se reunían para ir alineando los astros; ahora, no hay forma que en el Indetux tengan algún proyecto, dependen enteramente del Indeporte.
Hay quien dice que no existe forma de que fuera distinto, porque el Director era el chofer de los que ahora despachan en el Indeporte, era el que se bajaba al Oxxo por las chucherías, cuando en carretera y se encargaba de esas actividades, reafirmando que sería el que, al menos los próximos tres años, será una figura demasiado representativa de los deportistas, pero dirigiendo el deporte, quizá no.
Más de 100 días han pasado de esta nueva administración municipal y miren que nadie podrá decir que no se extraña a Jaime Natarén, quien al menos sabía expresarse en público, quizá el mensaje era lo de menos.
Es una nueva forma de elegir dirigentes, una figura muy representativa, pero que solamente fungirá como eso, después rodearlos de un gran equipo, que aumentó una plantilla que, hasta hoy, no ha demostrado capacidad para elaborar el diagnóstico de los primeros 100 días y del proyecto a ejecutar en tres años, ni qué decir.
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