La Columna: Navegando al horizonte
Así van ya deportes y deportistas chiapanecos, y su horizonte es, sin duda, el fin del sexenio con el que se van a despedir de uno de los lapsos más lamentables que les tocó vivir.
Afirman pues, desde muchos frentes, que si el deporte no es prioridad para los dirigentes en nuestro estado y se encaminan más a la política, lo mejor es que no se elaboren discursos en los que parezca que las cosas pueden funcionar; es más, que se olviden del tema cuando hablan de que, por haber sido deportistas “destacados” pueden ser buenos dirigentes.
Hay algunos que van más allá y cuestionan, como hay a quien le gustaría saber, por ejemplo, cuánto se pagó por aquel famoso proyecto de la App que revolucionaría el deporte en Chiapas y que se pagó, aunque se niegan a esclarecer ese procedimiento, y terminó en una base de datos obsoleta, que no funciona y que está muy lejos de esos “alcances” que se presumieron hasta en una reunión del SINADE (imaginen que se “ofreció” a otros institutos y curiosamente ninguno levantó la mano), pero en el afán de no querer hacer escarnio, hay que hablar de que ni la experiencia deportiva ayudó, porque el discurso decía conocer las necesidades de los deportistas, ni el currículum porque si no se reconoce cómo se pudo llegar a obtener ese currículum, no hay manera de saber lo que un deportista necesita. Desde ahí fallamos.
Quedan cada vez menos meses y lo que parece no les va a alcanzar para sus aspiraciones políticas, es el tiempo. Desde hace varios meses disminuyó de manera radical el afán de tener escaparate y a partir de ahí, habrán de irse preparando para, por lo menos, tres años de tener que rascarse con sus propias uñas a menos que de nuevo haya quien aporte beca y que hayan conseguido su vaquita para no pasarla mal. No están acostumbrados a trabajar y ahí, con responsabilidad, comenzarán los problemas.
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