La Columna: No hay buenas señales
Dicen algunos que estuvieron en el vestidor, tras la derrota sufrida en el último duelo antes de la pausa en el torneo 2023 – 2024 de la Liga Premier, en el que Cafetaleros visitó Peribán, en Michoacán, que desde la charla tras el juego, Héctor Altamirano se despidió de sus jugadores; es más, él y su cuerpo técnico ya no volvieron con el resto de jugadores a Tuxtla. La suerte ya estaba echada, el oaxaqueño ya había anunciado que renunciaba a su cargo y que ese había sido su último juego.
Normalmente, cuando algo así sucede, los equipos suelen “aguantar” un poco en lo que barajan las piezas y ven quién se hace cargo del equipo, en el caso de Cafetaleros no es tarea menor porque si bien el plantel es para estar competitivos, pero los números no han acompañado a este equipo, lejos del presupuesto que tenían para diciembre y con una baja importante que se dio hace un par de meses en el tema administrativo, Leonardo Casanova, quien acompañó a este proyecto desde su formación en Tapachula y en aquel equipo campeón, que ganó el ascenso deportivo, no sigue con el club.
Después, fueron cayendo algunas piezas y el tema se fue tornando serio cuando uno de los principales integrantes del cuerpo técnico de Héctor Altamirano, también dio un paso de costado y desde ahí ya se van dando más problemas.
Hay otro tema, que puede ser afortunado o desafortunado, según las decisiones que se tomen de aquí en adelante, como la situación de los jugadores que “consiguió” Altamirano y que pueden continuar en el equipo, o les abrirán la puerta y habrá que traer nuevos y eso tiene su grado de dificultad con el que tome la responsabilidad en el banco, hay que trabajar pronto en una idea futbolística y para eso no hay mucho tiempo.
Cafetaleros tiene un tema importante en las manos y habrá que apelar a algo más que la habilidad de reconstruir un equipo que, desde el anuncio de la salida de Altamirano, ya está complejo rearmar algo que está lejos de lo que se especulaba.
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