La Columna: No nos gusta la polaca pero…
Los hemos visto, quizá se ocultaron por un rato y su actividad en algunos escenarios que les entregan visibilidad momentánea para cumplir quizá sus objetivos. No, desaparecieron desde hace algunas semanas porque de alguna forma la estrategia política que los iba a consagrar en algún puesto, falló.
Por eso es quizá la prudencia la virtud que más se ausenta en estos momentos y salir a un escenario para tratar de encontrar las formas de llegar a algún puesto puede cegar a cualquiera, hacerlo cometer imprudencias y cuando el oleaje baja y hay que comenzar a navegar, resulta pues que tu embarcación yace en el fondo del mar, hundido.
Pero no van a tardar y en algunos casos estará bien, porque hay veces que la gente capaz puede seguir algunas convicciones que no opacan su habilidad de ser buenos gestores, excelentes dirigentes y ahí es donde quien sale elegido para una contienda y gana, debe echar mano, rescatar lo que se pueda y que vaya a ser útil para conseguir buen gobierno; ya será el personaje en cuestión quien deberá aprender que la prudencia es importante en estos temas y que la capacidad le abre la puerta a cualquiera, la puerta de cualquier color.
Pero también están los que son demasiado activos y desde el barco hundido, comenzarán a ver si pueden hundir algún barco más y son esos, los que no tienen mucha capacidad para desempeñar algún puesto, que no sea obtenido por amistad o compadrazgo, los que más estarán enfocados en el “hate” el descrédito y la polémica, con tal de seguir congraciados con el capitán del barco hundido.
Hay cosas tan obvias en la política, que seguramente sus personajes se carcajean cuando leen, escuchan y cada vez que se atreven, siguen manteniendo la sonrisa, porque los políticos saben palpar situaciones y no salen a un enfrentamiento, hay quien tiene de moda tener su “granja” para buscar posesionarse en un nuevo escenario, como las redes sociales, pero la gente es cada vez más selectiva hasta en ese escenario y el mismo escenario ha obligado a que la actividad sea más transparente.
Ya solamente queda el plano personal y en ese sector están los que aún siguen derramando lágrimas, no fue el elegido su candidato y desde el fondo del mar, con el barco hundido, revisan qué falló y piensan en el siguiente paso.
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