La Columna: Qatar y sus cosas
Argentina entera acaricia la tercera copa del mundo. El mundo entero parece estar de acuerdo con que así sea y que Messi pueda levantar el trofeo que le entregaría el argumento final para ser considerado el mejor de la historia y la forma en la que este martes, miles de aficionados se reunieron en el Obelisco de Buenos Aires, han multiplicado la esperanza de ver a la albiceleste campeón y sí, Argentina está tan cerca… y tan lejos.
Domar a la Croacia más gitana pareció cosa de niños, una jugada con polémica que derivó en un penal, descolocó a un rival que parecía no entender los planes. Croacia sabía que la semifinal era causa pérdida y lo intentó; sin embargo, de alguna forma ya estaba fuera de sí, tratando de improvisar un plan que le permitiera meterse al juego, algo que no está acostumbrado a hacer y que lo expuso ante una figura inesperada, porque mientras todo el mundo mira a Messi, aparecen figuras como la de Julián Álvarez, un chico que nació en este siglo y que aprovechó dls latigazos para dejar a los balcánicos sin posibilidad de su segunda final consecutiva en copas del mundo.
Después, de hablará sobre si Qatar y sus formas han detallado un plan para que sea su máxima atracción en su equipo, el PSG, quien pueda ganar la Copa. De que si habrá una renovación para que termine su carrera en París tras esta gesta con la que se acaban los debates y que si han usado todo a su alcance, desde llevar el mundial a esas tierras, hasta comprometer los últimos esfuerzos en ponerlo en la final, donde ya le corresponderá al argentino y a su selección, redondear el mundial, coronarlo con el trofeo y hacer explotar a la afición sudamericana.
Lo cierto es que, del otro lado podría estar París y lo que representa para el fútbol francés un bicampeonato, para otro de los estandartes del PSG, comenzar desde su selección la era en la que está destinado a ser el principal referente del fútbol mundial y todos nos frotamos las manos para esperar el duelo entre Messi y Mbappe, curiosamente los dos del PSG, curiosamente los dos, estandartes del modelo del fútbol actual en clubes, del poderío económico en la cancha que arma equipos llenos de figuras con la posibilidad que les entrega el dinero y desde la perspectiva de algunos, la forma en la que este dinero demostró en Qatar, que también puede meter las manos, si se lo decide, en el último resquicio que le queda al fútbol romancé, la Copa del Mundo.
Estamos muy cerca ya de conocer al campeón, no habrá forma de repetir la final del mundial pasado, pero si estamos cerca de concluir con cuatro años de un proceso que ha tenido de todo
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