La Columna: Sin favoritos…

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No vaya a sorprenderse si en este mundial nos toca conocer más a fondo el poderío económico, si nos toca un campeón inesperado o un claro favorito que todo el mundo sabe, pero nadie quiere ver. Qatar es un mundial tan atípico, que puede suceder cualquier cosa y que parezca normal, no; que la Copa se juegue en es país ya representa por ese simple hecho, algo anormal.

Lo acaba de decir Blatter y culpó a Platini sobre la elección de dicha sede, que no podría ser tan diferente como cuando se eligió Sudáfrica en 2010, pero que comenzó a crear conflicto cuando se anunció que, por las altas temperaturas en el verano catarí, había que mover las fechas del mundial y lo que era una fiesta veraniega, se transformó en una pesadilla post otoñal que ha traído muchos dolores de cabeza.

Bien, toca comenzar a soportar a quienes exigen justicia futbolera y pretenden que Messi cierre el ciclo con su selección, ganando la Copa del Mundo y ahora sí, erigirlo por encima de Maradona y de cuanto más se pueda. Los tiempos han cambiado demasiado y no hay duda que eso puede suceder, como que cualquiera de las 31 selecciones restantes pudiera conseguirlo.

No faltará el poderoso que pretenda acomodar las piezas en este rompecabezas “messiano” y que Argentina pueda alcanzar su tercera copa, pero no hay manera de asegurarlo.

Después, ya hablamos en alguna ocasión de los favoritos de siempre e imaginen que una simulación del videojuego más popular en el futbol, simuló que la final va a ser Argentina vs Brasil y que los de la albiceleste ganarán por la mínima. Ya en 2014 estuvo cerca de suceder, pero la simulación no contó el 0 – 7 de los alemanes ni al “Pipita” Higuaín y su desencuentro con Neuer.

Ojo que nosotros tenemos puestos los ojos en Brasil y seguro que muchos los tienen primeros en su realidad futbolística, pero no en su deseo porque son “messianos” pues.

Va a ser atípico, claro, como atípico se ha convertido la forma en la que la gente se aferra a sus deseos. Desde animales que predicen resultados, como aritmética que analiza números y considera probabilidades. Pero no incluyen si un balón no tiene las libas requeridas, o si el VAR es más preciso que nunca y los números se someten al caprichoso futbol que sobrevive a un entorno cada vez más “predictivo”. Será un Mundial atípico, eso que ni qué y cada vez falta menos.