La Columna: Trabajan horas extras
En los pasillos del Instituto del Deporte no hay tranquilidad, han sido días complicados en el ámbito administrativo y se trata de hacer que los números cuadren. No, tampoco es un tema de demostrar la fórmula con la que hay menos presupuesto y más apoyo, algo que no sucedía en los primeros cuatro años de seis que dura este periodo. Hay nervios por donde sea.
Y el tema no es menor, porque en marcha están al menos cuatro procesos para auditar recursos ejecutados en los años pasados y a partir de ahí, cuando concluyan estos procesos, ya se verá cómo es que han funcionado los temas en esa dependencia, en la que se ha señalado mucho pero quizá se sepa poco, suele pasar porque, de hecho, pocos saben la actualidad de esos procedimientos para auditar el presupuesto.
Que si se pueden equivocar un par de cifras, que por ahí alguna factura, que otra comprobación y esos temas administrativos en los que se involucra el presupuesto y las formas en las que se destina a cumplir el argumento por el que fue solicitado y sin ninguna fuga. Es momento pues de cenocer si se realizó una buena administración del recurso o si habrá observaciones para que se compruebe de manera correcta lo que no alcanza a detallarse.
Hay que esperar, porque en radio pasillo ya hay quien adelanta, no habrá buenas conclusiones de este asunto y todo justo cuando menos se necesita, porque se va trabajando en la imagen que catapulte a la directora en sus aspiraciones políticas y un tema de mal uso del presupuesto, no hará más que poner el último clavo en el ataúd de los personajes que, en los últimos cuatro años al menos, tienen sus detalles.
Que si con casi el sexenio cumplido hay poco positivo como lo que se va pintando al menos en este año, evidentemente el proceso es así, quizá un par de años para adaptarse a procesos y demás, es suficiente, pero en el Indeporte llevan cuatro y meses en los que se han convertido en un ente administrativamente amorfo.
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