La Columna: Un espacio a vigilar
Lo sucedido el fin de semana en el Sospó no es más que un detalle de todo lo que sucede en ese espacio, exclusive de la Liga Municipal de Futbol Soccer de Tuxtla Gutiérrez, que encontró en la renta del espacio para equipos de la TDP, un nicho en el que aumenta los ingresos de una manera importante.
Y no, lo que cada equipo paga de renta para jugar sus duelos oficiales en calidad de local no es lo único, se trata también de lo que aumentan en ingreso cuando llega un “poco” más de gente, con la venta de bebidas embragantes y con eso, pues armar una buena mesada para quien administra este espacio, que normalmente es la Liga Municipal, o quien la dirige.
Pero lejos de exigir que quien renta el estadio, esté obligado a cuidar asuntos como el de la seguridad, también los que administran la venta de bebidas alcohólicas deben poner atención a ese tema, porque el detonante de la pasión mal encaminada en un estadio de futbol, tiene que ser el alcohol y el descontrol que provoca.
Pero existe un tema que se denunció hace muchos años y es que, a la par de quien llega a ver el futbol a ese escenario, es constante la denuncia de lo que sucede cuando ya no hay futbol, porque la vente de alcohol se prolonga hasta entrada la madrugada y sin control; es decir, hasta un menor de edad que haya terminado de jugar, puede subir y consumir ahí bebidas alcohólicas, algo que está prohibido.
Dicen los enterados que hace unos años, ese escenario tenía la protección de la autoridad sanitaria, porque hasta el Secretario de Salud en turno asistia con su cortejo a ingerir alcohol y nadie lo molestaba, es más, él ex dirigente estatal saboreaba el whisky más atractivo mientras el séquito se conformaba con una caguama.
Ese espacio está convertido en un foco rojo para la sociedad, el entorno en el Niño de Atocha se ha cansado de señalar lo que constantemente sucede ahí, pues además de lo que sucede adentro, es común encontrarse a gente haciendo sus necesidades en los alrededores, ya entrados en tragos y también las disputas que suelen suceder con el influjo de las bebidas embriagantes.
Aunque el escenario es de su propiedad, la serie de situaciones señaladas puede ser el detonante para recuperar un espacio con el que puede hacerse algo importante en el deporte tuxtleco, pero no vaya a ser que la autoridad también esté coludida y las escenas como las del pasado sábado, sean constantes de aquí en adelante.
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