La Columna: Y no los culpamos

Recién festejados los 34 años del “Indeporte”, aunque en ese lapso ha tenido distintos nombres, fue secretaría y ha sido, dicen, “trampolín” político en muchas ocasiones, hay quien se atreve a adelantar desde el interior de esa dependencia, que han sido los peores años de gestión los que tenemos en curso.
Y no los culpo, porque justo en cuatro años y meses, se han demostrado un par de asuntos y el primero y no menos relevante es que, sí, ciertamente un deportista exitoso puede palpar situaciones, conocer procesos y saber reconocer las necesidades de quien entrena todos los días para buscar un objetivo; sin embargo, eso no encaja mucho en la actual titular, porque relatan administrativos de antaño y los de hoy, que a la dirigente estatal, en su etapa de deportista, nunca le faltó nada, al contrario, fue de las consentidas de un par de sexenios por lo menos y en el anterior, estuvo becada ya en etapa máster, algo que no sucede con frecuencia.
Después, basta con que escuchen el canto de las sirenas, que se dejen seducir con la nobleza de la burocracia, del erario y sus benevolencias y viandas jugosas como para no querer separarse de ese cargo y buscar algo más, ahora en otra instancia.
El Indeporte como tal, ciertamente ha tenido como dirigentes a personajes que no tenían mucho conocimiento ni capacidad de gestión, porque de academia y formación no podemos hablar. No ha pasado por esa oficina alguien que sepa a detalle, cómo desarrollar un proyecto deportivo, que no sea gritar a los cuatro vientos los programas federales.
Recuerden con el periodo Sabinista, la primer dirigente tardó 10 meses porque traía una disputa con Jorge Cuesy, este segundo tomó el timón y sí, con aspiraciones políticas, pero desafortunadamente falleció y después, entre Eliceo Licona, Flor Ángel Jiménez y Paty Conde, la dependencia vivió otra etapa bastante mala.
Ahora que cumple 34 años y que decidieron volver a ponerle el estatus de Instituto, sería bueno completar la tarea, regresarlo a la Secretaría de Educación Pública, porque ya quedó demostrado que, sin control, es una dependencia en la que puede suceder todo, menos tener un proyecto deportivo importante.
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