La Columna: Ya no es tan sencillo
Ya no hay una sola “ventaja”; ya no hay forma de “acomodar” gráficas ni de ir llevando por ahí los combates, las formas; a la Asociación “federada” se le acabó pues la posibilidad de jugar con “ventaja” y de eso queda muestra con las quejas de este fin de semana, cuando se realizó el selectivo estatal de Nacionales CONADE, en el que vieron cómo, si enfocamos todo en lo deportivo, no hay mucha diferencia entre la ACHTKD y ADECH
Nadie olvida aquel famoso “quédate ahí” del año pasado, porque se podía todavía, porque sucedían cosas que no se sabían y que, con las transmisiones en vivo y el internet, ahora ya no es tan sencillo, el tramposo queda en evidencia con mucha facilidad. Ahora se trata de competir en igualdad.
Y cuando pones el piso parejo para todos, es evidente que, aquel que solía tener una posición ventajosa, no se quejaba de nada, porque operaba lo que le convenía a sus intereses y podía “demostrar” su superioridad con el pequeño coto de poder; sin embargo, ahora que ya que hasta los amigos que tenían incrustados en las oficinas del Indeporte, con los que pactaban todavía algunas situaciones que les favorecían, ahora los han abandonado.
Sí, es obvio que en año electoral, cada uno ande viendo sus intereses y se “olvide” de esos pactos que no están escritos, esos valores entendidos en los que se hicieron un sinfín de triquiñuelas y que los involucrados conocen, pero no trasciende porque lo hacen sin dejar “huella”, aunque esa marca la llevan siempre. Es complejo entender que, cuando se va terminando el power, vienen las quejas.
Lo de las redes sociales, donde ahora es evidente que lo idílico se termina, los “caprichitos” parecen anormales, porque antes se hacía igual o de forma parecida, pero no había quejas, hoy que ya no es producto de sus mentes, todo parece mal.
El Taekwondo sigue destinado a mantenerse a la baja en cuanto a resultados, pero es desfortunado que todo haya sido propiciado por el Indeporte y sus personajes, que ahora si, cuando ponen el piso parejo, ven cómo se convierten las cofradías amistosas, en quejas amargas de quienes, pensaban, podrían continuar con sus “ventajas” hasta siempre.
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