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EFE

La guerra en Ucrania ensombrece el horizonte económico en América Latina

Buenos Aires.- La invasión rusa a Ucrania ha hecho saltar por los aires los precios de las materias primas, un escenario que en Latinoamérica podría beneficiar a los países exportadores de granos e hidrocarburos pero perjudicaría a los importadores, aunque tanto unos como otros sufrirán mayores presiones inflacionarias que erosionarán sus perspectivas de crecimiento económico para este año.


Debido al rol estratégico de Rusia y Ucrania como importantes abastecedores de energía y alimentos, el conflicto bélico sacudió los mercados globales, temerosos de que las cadenas de suministro se vean severamente impactadas por la guerra y las sanciones económicas impuestas a Rusia.

Latinoamérica no está significativamente expuesta a Rusia de manera directa en materia de inversiones y comercio.

De acuerdo a datos de la consultora Capital Economics, el comercio con Rusia y Ucrania representa menos del 1,5 % de las exportaciones e importaciones totales de bienes de las principales economías latinoamericanas.

Con todo, y pese a la elevada incertidumbre sobre los alcances y el tiempo que durará el conflicto bélico, los expertos advierten de que la región sufrirá un fuerte impacto indirecto por la vía de los precios de las materias primas.

CRUDO Y GAS, ENTRE COSTOS Y BENEFICIOS

Desde la invasión rusa a Ucrania, los precios internacionales de los hidrocarburos se han disparado por los temores a una interrupción del suministro procedente de Rusia, uno de los mayores productores globales de petróleo y gas.

Los envíos a Latinoamérica de crudo y gas natural licuado (GNL) desde Rusia son muy limitados. No obstante, la región -con países productores y exportadores de hidrocarburos y otros que son importadores netos- sentirá los efectos de mercados internacionales de energéticos sobresaltados.

Según Luciano Codeseira, director de la consultora Gas Energy Latinoamérica y socio ejecutivo de la firma Ceibo Growth Strategies, Brasil y Guyana se perfilan como los países exportadores más beneficiados por la subida de precios del petróleo, mientras que Venezuela y Ecuador "tendrán una mejora de precios en un contexto adverso de producción".


AGRO: ENTRE EL "BOOM" DE PRECIOS Y LA FALTA DE FERTILIZANTES

El conflicto bélico también tiene fuertes repercusiones en los mercados agrícolas, donde varios países latinoamericanos tienen un fuerte peso a nivel global y donde los precios de granos y derivados se han disparado.Rusia y Ucrania concentran cerca de un cuarto de las exportaciones mundiales de trigo, cereal del que Argentina también es un importante productor mundial.

Ucrania también es un jugador clave en el mercado de maíz, dominado por Estados Unidos, Brasil y Argentina. Es, además, junto con Rusia, un fuerte exportador de aceite de girasol, en competencia con éste y otros aceites vegetales producidos por Argentina y Brasil, países que se beneficiarán de mejores precios aunque tendrán una cosecha agrícola más pobre debido a la sequía.

Por el contrario, países latinoamericano que necesitan importar granos temen los efectos inflacionarios.

"Si hay menos trigo para todos, va a haber un encarecimiento del precio y tendremos un impacto en la canasta básica", dijo a Efe el director ejecutivo del Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima, Carlos Posada.

La guerra en la lejana Ucrania también podría engendrar una amenaza mayúscula para el sector agrícola en Latinoamérica: la escasez de fertilizantes.

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (Argentina), Rusia es el principal proveedor mundial de fertilizantes de todo tipo, concentrando cerca del 13 % del comercio global.

Desde el inicio del conflicto, los precios se han disparado, generando un dolor de cabeza en Argentina, Brasil, Colombia y Paraguay, que podrían afrontar problemas para abastecerse y, eventualmente, sufrir recortes en su producción agrícola.

MÁS INFLACIÓN, MENOS CRECIMIENTO

Los réditos que ciertos países latinoamericanos podrían obtener de un escenario global de precios récord de las materias primas tienen, sin embargo, su dañino "lado B": mayor inflación doméstica de la mano de crecientes precios de los alimentos y de la energía, impactando éstos últimos en los costes de servicios e industrias.

La región ya venía sufriendo presiones inflacionarias derivadas de la crisis sanitaria global.

Ahora enfrentará desafíos adicionales."Chile es un importador neto de petróleo y el aumento de precios va a toda la canasta de consumo por los efectos en el transporte", señaló a Efe el economista y director de la Escuela de Negocios de la Universidad Mayor, Francisco Castañeda.

En México, su presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha asegurado que, pese al conflicto bélico, está "garantizado" que no habrá aumentos en el precio de las gasolinas, pero los economistas comienzan a revisar al alza los pronósticos de inflación.

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