Las madres, deben ser honradas todos los días: Fabio Martínez

Tuxtla. - El arzobispo de la Arquidiócesis de Tuxtla, Fabio Martínez Castilla pidió a las familias chiapanecas honrar a las jefas del hogar, en vísperas de la celebración del Día de Las Madres.

“Mayo es el mes de las mamás: no se trata solo de festejar un día; este es un mes para valorar el don de la maternidad, entendido no sólo desde el grandioso hecho de dar la vida a un nuevo ser, sino también la capacidad de desgastar la propia vida a favor de los hijos, en entrega y cuidado. Es un tiempo propicio para acercarnos a ellas con gratitud y afecto”, expresó.

Destacó que, toda persona humana debe la vida a una madre, y casi siempre le debe a ella mucho de la propia existencia sucesiva, de la formación humana y espiritual. La experiencia nos dice que una mamá sabe lo que es importante para que un hijo camine bien en la vida, y no lo ha aprendido en los libros, sino que lo aprendió de su corazón.

“La universidad de las madres es el propio corazón”, dice el Papa Francisco. Ellas, para su entrega cotidiana son impulsadas por la fuerza del amor. Saben seguir con discreción, con ternura a los hijos incluso cuando se equivocan, encuentran siempre el modo de estar cercanas para ayudar: dan la cara por ellos para defenderlos siempre”, expresó.

Puntualizó, en estos días de festejo, la figura de la madre es muy exaltada, desde punto de vista simbólico -muchas poesías, canciones, muchas cosas hermosas se dicen poéticamente de la madre-; sin embargo, se le escucha poco, incluso en muchos casos se le ayuda poco en la vida cotidiana, y es poco considerada en su papel central en la sociedad.

“Las madres deberían ser más escuchadas. Tendríamos que comprender más su lucha cotidiana. Pienso en las madres que viven situaciones complicadas: las mamás solteras que deben enfrentar solas los diferentes retos que la vida les plantea para sacar adelante a sus hijos; las madres que sufren la enfermedad de sus hijos y los acompañan paciente y valientemente en la búsqueda de la salud”, agregó.

Pero, además, expuso que están las madres migrantes que sueñan con un futuro mejor y una vida más digna para sus hijos.

“A todas ellas les digo que no están solas; Dios, de quien son reflejo, las acompaña tiernamente y quiere darles fortaleza interna para ir adelante, para caminar en dignidad y con esperanza cierta”, concluyó.