Las máscaras del ego y sus herramientas, obstáculos para la plenitud

Tuxtla.-  En esta ocasión, recordaremos las 21 máscaras del ego, la última vez nuestros anfitriones se quedaron en los roles, cuando te comportas como víctima, perseguidor y salvador, ya habían hablado de lo que es cada una de ellas, cuando ya no te funciona ser víctima, perseguidor o salvador, ahora utilizas las herramientas, que son manipular, controlar y ejercer tu poder… todo es basado en tus sufrimientos, cuando las cosas no son como tú quieres, cuando no te sientes suficiente, empiezas a manipular, o te conviertes en la manipulada o el manipulado, puedes perseguir o dejarte perseguir, siempre es de afuera o de adentro.

“Yo veo víctimas o yo soy una víctima, te hago pequeñito o me hago pequeñita, empiezo a manipularte de forma sutil para que hagas lo que yo quiero, o si no estoy bien conmigo, me dejo manipular con tal de que no me dejes, viene la proyección de que te manipularon, pero más bien te dejaste manipular por falta de poder, duele demasiado, pero qué pasa cuando ya no funciona, utilizas la siguiente herramienta: ahora controlo y me convierto en un controlador insoportable, es todo el miedo extremo e incertidumbre que tienes a no saber cómo van a suceder las cosas, a no tener el control, todo quiero saber, estar, mucha gente tiene que llevar un control pero positivo, yo hablo del control teñido de manipulación, donde quiero que todo sea como yo quiero para ser feliz y te importan un bledo los demás”, explicó.

Pero ¿qué tal que la herramienta del control no funciona? ahora viene el “porque lo digo yo y se acabó”, y es que una cosa es tomar tu poder positivo en la vida a tomar el poder de aplastar, anulas a los demás automáticamente, es súper doloroso controlar, manipular y ejercer tu poder, pues tienes tanto dolor, vienes de miedo, vergüenza, orgullo, de sentirte abandonado, rechazado, culpable; las herramientas del ego son muy dolorosas porque se llega a tal grado de manipular que no nos damos cuenta cómo convertimos en un títere al otro, o a nosotros mismos, puedes manipular como un ser humano hasta la locura o la muerte, porque estas tres máscaras anulan.

“El papel del salvador es el más egocéntrico, porque anula… quítate, no lo sabes hacer, lo hago yo, pero el salvador lo único que quiere es que tú dependas de mí, que sientas que no vas a poder sin mi y vas a sentir que te mueres, te ahogas si yo no estoy, yo siempre lo doy todo, arreglo los problemas, también hay una parte interna donde no se siente valorado por sí mismo y necesita que los demás le den la valía… Hay un malentendido con esta cuestión de la nueva era, de que tienes que matar a tu ego, eso es un error de percepción y es el ego hablando, si matas al ego te matas a ti, tienes que aprender a conocer tu ego, decía mi maestro, así como entrenas al cachorrito, así deberías entrenar a tu ego, le has dado todo el poder a tu ego, pero gracias al ego existimos, gracias al miedo salvamos la vida, gracias a la vergüenza nos impulsamos para ser mejor”, reconoció.

También admitió que los maestros espirituales tienen un tinte de manipulación positiva, de manipular esa emoción para que vayas por ello, no manipulan tu vida, porque si lo haces hay un karma, todos tenemos ese ego pero cuando le das todo el poder y estás hundido con esas máscaras, tienes que volver a tomar tu poder, no el poder aplastante, sino un poder positivo, tomar tu poder y tu fuerza, no es aplastarte a ti ni a los demás, saber si quieres ir adentro, afuera, izquierda o derecha, no decir sí aunque no querías, todo eso es por miedo, vergüenza y orgullo a no sentirte abandonado, rechazado y culpable, donde te conviertes en víctima, perseguidor o salvador y ahora manipulas, controlas y ejerces tu poder… es fuertísimo entender las máscaras del ego, todas estas las hemos tenido.

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