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  • VANESSA TRACONIS QUEVEDO

Las nuevas y cada vez más frecuentes zoonosis amenazan la salud mundial

Tuxtla.- En la actualidad, las principales enfermedades que más están poniendo en riesgo a la población son vectoriales; la pandemia resalto la necesidad de abordar las amenazas a las que se enfrentan los ecosistemas y la población; es imprescindible que los seres humanos entendamos que nuestra salud depende de los ecosistemas; desde el 2016, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó que de darse un aumento mundial de las enfermedades que se transmiten de animales a seres humanos sería motivo de preocupación. En concreto, señaló que el 75% de todas las enfermedades infecciosas actualmente en humanos son zoonóticas, causando alrededor de 2.5 mil millones de casos de enfermedades y 2.7 millones de muertes por año, cada 5 nuevas enfermedades humanas que surgen al año, 3 de ellas provienen de los animales y que dichas enfermedades están estrechamente relacionadas con la integridad de los ecosistemas.


El medio ambiente resulta vital para nuestra supervivencia, la naturaleza nos proporciona oxígeno, regula los sistemas meteorológicos, poliniza los cultivos que producen nuestros alimentosa; sin embargo, los humanos hemos alterado casi el 75% de la superficie terrestre y llevado a la flora y fauna silvestres a un rincón del planeta cada vez más pequeño. Alrededor de un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción, de acuerdo con el Informe de Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos de 2019; la deforestación y la desertificación provocan un cambio climático que supone graves desafíos para el desarrollo sostenible y han afectado los medios de subsistencia. A medida que seguimos invadiendo los frágiles ecosistemas, entramos cada vez más en contacto con la flora y fauna silvestres, lo que permite que los patógenos presentes en ellas se propaguen al ganado y a los seres humanos, lo cual aumenta el riesgo de aparición de enfermedades. Los ecosistemas son la clave para la salud, su destrucción o manipulación pone en grave riesgo a la población mundial, ya que facilita la expansión de virus, bacterias, parasitos y hongos que representan una amenaza para todos los seres vivos en el mundo, generando una disminución de la producción de alimentos, efectos en la cantidad y calidad del agua disponible para el consumo humano y el incremento de enfermedades.

Para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas de todo el mundo debemos trabajar con el medio ambiente, migrar de un visión de sanidad a una plataforma inteligente de análisis de riesgos; en la creación, implementación y desarrollo de programas que nos permitan la generación de proyectos de sanidad ecosistémica en México, que priorice inversiones y producción de información y mejoramiento de la capacidad para analizar datos y traducirlos en alertas y ajustes de control y vigilancia. Es decir, que a medida que cerramos las brechas de infraestructura y áreas libres de enfermedades, que es meta prioritaria a corto plazo, las inversiones vayan moviéndose al control de riesgos. La inversión en la restauración de la tierra es crucial para mejorar los medios de subsistencia y reducir las vulnerabilidades y los riesgos para la economía (ODS15, Agenda 2030).

Cambiar el enfoque para abordar la salud integral –física, mental y social– solo desde la óptica humana, es fundamental para prevenir, gestionar y controlar las enfermedades de animales y personas para proteger la salud pública; es trascendental incluir la visión de UNA SALUD –un enfoque integral y unificador cuyo objetivo es equilibrar y optimizar la salud de las personas, los animales y los ecosistemas–. Ante ello, el abordaje de las zoonosis en el marco de “Una Salud” requiere, por tanto, del aporte, intervención y colaboración de equipos profesionales multisectoriales de la salud humana, animal y ambiental. Solo de una forma integrada se conseguirá dar una respuesta efectiva contra la aparición y transmisión de enfermedades zoonóticas. Por lo cual, el papel de la profesión veterinaria para investigar la aparición de brotes, establecer programas de vigilancia en las poblaciones animales, reducir su prevalencia en los animales domésticos mediante programas de control y erradicación y monitorizar su existencia en las poblaciones de animales silvestres. Además, teniendo en cuenta que el 20% de las pérdidas en la producción animal mundial están causadas por enfermedades transmisibles, también es esencial el papel del veterinario como garante de la sanidad global. Es fundamental que no se desperdicie el potencial de conocimiento, habilidades y competencias del veterinario en la lucha frente a las graves enfermedades zoonóticas; por ello, teniendo en cuenta la relevancia creciente del enfoque de UNA SALUD, es imperiosa la necesidad de interacción y colaboración entre la medicina humana y la veterinaria para el control de las zoonosis, un desafío reconocido por las organizaciones mundiales.

Con la COVID-19, el planeta ha enviado su mayor alerta indicando que la humanidad debe cambiar a una visión y cultura que nos permita hacer frente a los retos globales más urgentes; trabajar con el medio ambiente para proteger a las personas, reconstruir mediante una base científica más sólida, con políticas que contribuyan a comunidades más sanas y generen inversiones verdes, limpias y sostenibles.


Precisamente los riesgos y estrategias de prevención tanto de las más preocupantes zoonosis conocidas al día de hoy como de las que están por llegar, y la amenaza presente y futura que estas representan para la salud mundial son los temas que aborda Fundación RedSalud Internacional como su eje central de la atención a la salud de la población, por ello, a través de la Comisión de Salud Animal y Ambiental (COSAA) se tendrá la encomienda de convocar tanto empresas como organizaciones, administraciones públicas, profesionales y medios de comunicación para que se den cita para abordar los retos y proyectos de futuro más importantes que demanda la hoja de ruta para 2030, un enfoque concebido para diseñar y aplicar programas, políticas, leyes e investigaciones en el que múltiples sectores se comunican y colaboran para lograr mejores resultados de salud pública. Hasta el momento, no ha existido una apuesta política firme para su efectiva implementación, un objetivo para el que deben consensuarse indicadores científicos que sirvan para medir su avance y fórmulas que permitan evaluar la eficacia de su implementación para la resolución de problemas.

RedSalud Internacional consideramos urgente un cambio de paradigma que nos ayude a enfrentar crisis como la del coronavirus que sin duda se repetirán en el futuro, quién sabe si con más fuerza, lo que si sabemos que con mucho mayores complicación cuando hablamos de una población mexicana con enfermedades crónicas no trasmisibles no controladas, y el aumento a la resistencia a los antimicrobianos un factor que complica el control y la prevención de las zoonosis.

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