Lavada de manteles, tradición zoque de Berriozábal
Tuxtla.- Cuando hablamos de San Sebastián Mártir, es común voltear a ver a Chiapa de Corzo y su tradicional Fiesta Grande, que se hace en su honor, pero Chiapas es tan diverso en todos los sentidos, que en distintos rincones de nuestra geografía se celebra de manera diferente, quizá la segunda más importante, es la tradición de Berriozábal, donde lo tienen como santo patrono y se festeja con una visión zoque.
Pese a que el “mero día” es el 20 de enero, la máxima expresión de esta tradición se da el día 22, cuando en el pueblo se realiza la Lavada de Manteles, consiste en que todo el pueblo se reúne desde temprano en la casa del fiscal, que es quien alberga o apadrina al santo, similar a la figura del prioste en Chiapa pero aquí es por tres años, y de ahí, parten acompañados de la música y la algarabía.
Hace muchos años, las mujeres del pueblo solían bajar a la represa, llevaban sus bateas cargando sobre la cabeza para ahí, lavar los manteles de la casa del fiscal y en su momento de la iglesia, pues no todos tenían agua potable, de ahí nace la tradición que siguen preservando año con año: se visten con el traje zoque, de falda a cuadros y blusa bordada, caminan primero a la iglesia para recibir la bendición, salen acompañadas de los hombres vestidos de danzantes, incluso algunos chores de otros municipios los acompañan, hasta llegar a la represa.
Son cerca de ocho mujeres, las que desde hace años ostentan esta gran responsabilidad, llegando acarrean agua, instalan las bateas y se ponen a lavar, para después tender los manteles a que se sequen, mientras toda la gente baila, consume el tradicional curadito, una bebida fermentada que preparan desde seis meses antes con alcohol de caña, miel y cáscara de frutas especialmente para esta ocasión, y se prepara el pozol y la comida para todos, ya sea cochito o chanfaina.
Doña Cande es una de las lavanderas más longevas, a sus 81 años tiene más de 40 siendo parte de esta tradición, y aunque la edad ya no le permite lavar, sigue acompañando y guiando a las demás mujeres para que cumplan la encomienda, dice que gracias a este ritual, no ha hecho falta agua en el pueblo, lo ofrendan también por esta causa.
Por la tarde, emprenden el camino de regreso a la casa del fiscal, donde se prolonga el baile hasta ya más tarde, este es el día más importante para su tradición, e incluso continúa al otro día, cuando de nueva cuenta llegan las mujeres a la casa del fiscal para planchar los manteles, y dejarlos bajo resguardo todo el año, también se culmina con música y alguna comida que se ofrezca.
Y es que la imagen de San Sebastián Mártir tiene ya 65 años con ellos, fue donada al pueblo, el fiscal desde 2023, don Leonel, explica que hubo un momento donde se separaron de la iglesia y ellos se quedaron con su propia imagen para continuar la tradición, le queda todavía un año en el cargo, y familias de distintos barrios la van pidiendo para continuar organizando los festejos.
En su caso, dice que su mamá siempre anheló la bendición de tener al santo en casa, si bien no es fácil por los gastos que representa, le da alegría a todo el municipio y ella todavía está aquí para disfrutar y ver cumplido su deseo, otro de los objetivos es que se rescate la vestimenta tradicional zoque, ya que este municipio tiene costumbres muy similares a las de Coita o San Fernando, pero cada uno lo regionaliza.
Es impresionante ver cómo todo el pueblo se une y disfruta realmente de esta tradición, desde niños hasta adultos mayores, las mujeres elaboran tocados que simulan las bateas de las lavanderas pero en versión diminuta, las lucen y bailan al ritmo de la música tradicional o de algún conjunto tropical, incluso los parachicos acuden a ser parte, gente de otros municipios se da cita para presenciar y celebrar esta tradición cultural arraigada.
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