Los barrios de Tuxtla están de fiesta
- ALEJANDRA OROZCO
- 10 ago 2024
- 3 Min. de lectura
Tuxtla.- Hace más de 400 años, los frailes dominicos comenzaron a edificar templos para sus deidades, y Tuxtla Gutiérrez se dividió en cuatro barrios principales: Santo Domingo, San Jacinto, San Miguel y San Andrés, los dos primeros aún conservan su nombre y sus iglesias, San Miguel se convirtió en lo que hoy conocemos como El Calvario y San Andrés, es el popular barrio de San Roque.
A excepción de El Calvario, los tres restantes estuvieron y están de fiesta, pues este jueves 8 de agosto se conmemoró el día de Santo Domingo, mismo día que dio inicio la festividad de San Roque, y un día después, la de San Jacinto.
Y es que parte importante de la cultura y tradición de Tuxtla, son las costumbres que aún se conservan, cada barrio y santo tiene sus propias maneras de celebrar, aunque también se observan elementos en común que le dan color y sentido a estas, nuestras fiestas.
En el barrio de Santo Domingo, se realizaron los festejos desde inicios de mes, en su víspera no faltaron las mañanitas y la coronación del santo, también se realizó un recorrido con su imagen por las calles aledañas, así como una verbena popular donde emprendedores locales exhibieron sus creaciones en alimentos, bebidas, antojitos, repostería, crochet, productos orgánicos y hasta presentaciones de baile folclórico y canto, que fueron amenizadas con marimba a lo largo del día.
Justo ese día, se dieron oficialmente por iniciados los festejos de San Roque, a unas cuadras, a mediodía se bendijo a las familias que ofrecerán pozol gratis a todos los asistentes, todos los días en punto de las 12, esta es ya una tradición del barrio, que en otros años incluso ha elaborado la jícara de pozol más grande del mundo, ritual que se ha perdido con el transcurso del tiempo.
Por la tarde, se dio el tradicional anuncio de la feria: los feligreses recorrieron las calles del barrio y sus alrededores, llevando en hombros al santo, custodiado por los monaguillos, el párroco, así como familias con globos y los cuetes que anuncian por dónde va pasando el contingente, todo amenizado con la música del tambor y el carrizo, y los parachicos que no pueden faltar a bailar, también salieron las reinas infantiles del año pasado, junto con las candidatas de este año.
Esta feria dura 17 días, ya que se conmemora a San Roque y San Bartolomé, uno detrás del otro, lo que llena de alegría a la gente del barrio, quienes aseguran que la fiesta ya es más religiosa que antes, en este marco, el día 14 habrá una misa de bendición a las mascotas, en alusión al perrito que siempre acompañaba a San Roque, también por ser un barrio muy arraigado, suele ser visitado por la mayordomía zoque, que danza en su honor, el mero día es el 16, mientras que el de San Bartolomé es el 24, para cerrar la festividad.
Solamente un día después de San Roque, el barrio de San Jacinto se engalana y celebra a su santo, también con una cartelera cultural, religiosa y artística, por lo regular son las marimbas, tecladistas y grupos tropicales los que amenizan estas fiestas, además de los grupos de danza tradicionales y ballets que se presentan para la ocasión.
Las fiestas patronales son el alma de los barrios, sus coloridos, sus sabores, la elaboración de las comidas tradicionales recuerdan ese pasado del que provenimos, mismo que las nuevas generaciones luchan por conservar en cada ofrenda, involucrándose para hacer comunidad y ser parte de la misma, para revivir eso que vive en la memoria de los adultos mayores y que vieron surgir desde sus inicios.
No dejes de asistir a estas fiestas, vívelas, gózalas y ayuda a su conservación, no todas las ciudades tienen el privilegio de tener estas tradiciones tan peculiares, que les dan identidad, nos dan identidad como habitantes y tuxtlecos originarios de las mismas, para mantenerlas vivas y radiantes.
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