Los Morales Rivera, una familia llena de amor
Tuxtla.- Sergio y Alejandro llevaban ocho años de relación, cuando decidieron casarse… tuvieron que luchar por sus derechos, hasta que lograron ser la primera pareja en el estado en acceder al matrimonio igualitario, fue tiempo después cuando les nació el deseo de ser padres, y una navidad de 2019, llegó a sus vidas una niña que cambiaría por completo su mundo.
Es María Enriqueta, y fue a partir de ese momento que iniciaron el proceso de solicitud de adopción, enmarcado por su derecho al matrimonio, a la integración de una familia y basado en algunas modificaciones a la Ley General de Adopción, que ahora se basa en la idoneidad de las personas para ser padres, no en su orientación sexual o estatus de relación heterosexual.
"Fue la experiencia más importante de nuestra vida en el sentido de integrar nuestra familia con la llegada de nuestra hija, que representa todo lo mejor en términos de lo que creemos, los valores y la lucha también de nuestros derechos", señaló su papá, Alejandro Rivera, enfatizando que un hecho que debe ser siempre escuchado es el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, quienes mientras tengan este derecho podrán ser felices, vivir amados, protegidos, cuidados y correspondidos en amor incondicional.
Señaló que si pensáramos más en esa posibilidad podríamos ser una mejor sociedad; ellos son una familia que todos los días se paran a trabajar, a llevar a su hija a la escuela, ellos también corren, se cansan, es todo este ejercicio que trae la paternidad, que para ellos fue muy deseada.
María Enriqueta tiene seis años, y llegó a sus vidas hace un par de ellos, es una niña feliz, muy curiosa, sensible e inteligente, dice que le gusta hacer de todo, desde natación hasta todas las cosas que hacen los niños de su edad, de grande quiere ser doctora, por ahora está aprendiendo a leer, escribir, contar y por supuesto defender a los niños y niñas, pues está creciendo en un ambiente de lucha y respeto por los derechos humanos, igualdad y empatía. "Yo nací del corazón de mis dos papás, yo nací en la navidad, y ellos me encontraron como una gran sorpresa", señala.
Su papá Alejandro, señala que ellos han logrado ejercer el derecho de integrar una familia, una oportunidad de abrir la brecha para que más niños y niñas tengan este derecho, así como más personas de la comunidad LGBT+ puedan ser reconocidos en esta sociedad, así como sus derechos puedan ser reconocidos y garantizados por el Estado.
"Somos la primer familia que hizo el ejercicio de este derecho pero no somos la única, ya hay más familias conformadas por dos mamás, dos papás, hay una diversidad y todos tienen los mismos derechos así como sus hijos, hijas e hijes, buscamos construir un mundo mejor para ella y sus amigos y amigas, para ello es fundamental hacer frente a un tema todavía vigente que nos afecta, nos alcanza como a niños y niñas, que es la homofobia", señaló, en el marco de este día.
Su esposo, Sergio Morales, narra que cuando hablamos de discriminación pensamos en hechos aislados o acciones que se naturalizan, sin darnos cuenta cómo podemos lacerar los sentimientos de otra persona, cuando ellos tuvieron la necesidad de ser padres, no visualizaron todas estas acciones discriminatorias que podían sufrir, pues si bien desde el servicio público ya estaban todas las legislaciones y no tuvieron inconvenientes, pues tenían todos los derechos que vienen con el matrimonio, pudieron tener expresiones de odio por decidir adoptar.
"Una amiga, por la cual lleva su nombre nuestra hija, compartió la nota en su afán de también ser abuela, esta se viralizó y en el trasfondo de los comentarios había muchos fuera de lugar que ya se metían con nuestras familias, con nuestra hija o con nosotros, al igual que cuando nos casamos, y es que la Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis) todavía refleja que esta prevalece en el estado, 4 de cada 10 personas no permitirían que una persona gay viviera en casa, y eso pasa con muchos chicos y chicas que salen al mundo a los 13, a los 16 años por no tener una familia que los pueda respaldar", señaló.
Chiapas ocupa los primeros lugares en discriminación, y en gran parte se debe a su alta densidad de población indígena, sin embargo recordó que las personas tenemos el derecho al libre desarrollo de la personalidad, y esta discriminación y actos de violencia pueden ser simbólicos, desde el hecho de ridiculizar a un niño o niña en un salón por su apariencia o temperamento, porque no le guste jugar fútbol o salir en la escolta, esto, considera, afecta o alcanza la autoestima de niños, niñas y adolescentes y amedrentan su integridad.
"Esto va dejando poco a poco una herida en las emociones y sentimientos que van haciendo su autoestima no tan fuerte ni sólida, que se ve violentada cuando vamos creciendo, hay estudios que demuestran que la falta de aceptación y el rechazo impactan al autoestima y representan riesgos para el consumo y abuso de drogas, prácticas sexuales no protegidas, riesgo de infecciones de transmisión sexual como el VIH, suicidio, como consecuencia de una historia de vida en la que desde niños, niñas y adolescentes enfrentamos estos concepto de machismo, misoginia, homofobia, lesbofobia y transfobia", señaló Alejandro.
Añadió que a través de su hija, buscan construir una sociedad diferente, igualitaria, que continúen estos valores y ejercicio de derechos, ya que integrar su familia es un ejercicio de derechos, de reconocer el derecho fundamental por ser personas, a ellos les correspondió continuar una lucha de varios años de salir a marchar, a manifestarse.
"Primero era hacer frente a la homofobia, con los cambios impulsados por activistas y legisladores, mediante lo cual se lograron las modificaciones en el país en 2011 en materia de derechos humanos, dando pie a conquistar el derecho al matrimonio igualitario; en conclusión, el ejercicio de nuestros derechos nos da la posibilidad de vivir más plenos, realizados y felices, nos toca continuar la lucha y las nuevas generaciones lo harán, todo empieza por cada uno", señaló
Por su parte, Sergio dijo que María llegó a modificar su vida, así como espera, otras personas puedan llegar a hacerlo, considera que sí existe un derecho a la felicidad, desde la libre personalidad y la no discriminación, por lo que hizo un llamado a la población en general, a que no nos afecte la felicidad de otra persona, que no discriminemos por el hecho de alguna diferencia que pertenece a lo que conocemos como la heteronorma o la norma heterosexualizada.
"Dejemos ser felices a las personas, dejemos este desarrollo de las personas que está inmerso en el libre desarrollo de la personalidad, pues es parte de tu felicidad cuando se te garantizan todos tus derechos… nosotros éramos felices antes, somos sumamente felices ahora, es una nueva etapa de nuestra vida, vendrán otras, el primer día que empiezas a ser padre ya firmaste un contrato para toda la vida y serás padre siempre", puntualizó.
Datos de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) revelan que 215 mil personas pertenecen a la comunidad LGBT+ en Chiapas, de las cuales 1 de cada 10 están casadas; en tanto, la última Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) reveló que 1 de cada 2 personas encuestadas dijo haber sido discriminada en algún momento por su orientación sexual.
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