Los salarios de nuestro país
- EDITORIAL
- 8 abr
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A lo largo y ancho del país los salarios de pobreza son la constante; más acentuados en algunos estados que en otros. El Sur-Sureste sigue siendo, históricamente, la región más rezagada, aunque también esta desigualdad se presenta en algunos estados del Centro y, en menor medida, en las entidades de la frontera Norte. El termómetro salarial de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza pone lupa, esta vez, a los estratos salariales de cada una de las 32 entidades del país; ello permite visualizar la profundidad del problema que viven millones de personas que, pese a tener un trabajo formal registrado ante el IMSS, no les garantiza ingreso digno para superar la pobreza. Este diagnóstico elaborado como parte del Observatorio de Trabajo Digno refleja que, pese a los incrementos del salario mínimo en los últimos años, sigue siendo una medida insuficiente pues el salario mínimo aún no cubre el monto necesario para adquirir dos canastas básicas, por tanto no permite que la persona que trabaja se mantenga a sí misma y a una persona más por encima de la línea de pobreza y por tanto que una familia de cuatro personas con dos personas que perciben ingreso no les alcance para lo mínimo necesario. El termómetro salarial mide de manera periódica los salarios de puestos de trabajo registrados en el IMSS; es decir, empleos formales. Para la medición se definen 3 rangos o estratos salariales: Salarios de pobreza. Salario inferior al monto equivalente al costo de dos canastas básicas del mes anterior de la medición. Salarios de sobrevivencia. Salario que cubre el costo de dos canastas básicas pero es menor al monto de referencia del salario digno. Durante 2024, ese monto se ubica en 12,500 pesos al mes. Salario digno y más. Salarios mayores a 12,500 pesos al mes. Los estados que tienen el mayor porcentaje de salarios de pobreza; es decir, que a las personas que tienen trabajo formal no les alcanza para cubrir el costo de dos canastas básicas, son Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Tabasco, Nayarit y Sinaloa. Los estados con mayor cantidad de personas con trabajo formal con salarios de pobreza son la Ciudad de México, Jalisco, Estado de México y Nuevo León. Estas cuatro entidades concentran el 43% del total de personas con salario de pobreza y con trabajos formales en el país.

El dato de CDMX posiblemente refleja que el registro patronal de muchas empresas se realiza en la CDMX, aunque su personal se ubique en diferentes entidades del país, de todos modos, la cantidad es escandalosa. Los estados con menor porcentaje de trabajos formales con salarios de pobreza son Baja California, Tamaulipas y Chihuahua. En estas tres entidades una parte muy importante de su población trabajadora se ubica en municipios fronterizos, en donde el salario mínimo oficial rebasa el monto del costo de 2 canastas básicas y, por tanto, está por encima de los salarios de pobreza. En el caso de Baja California, todos sus municipios forman parte de la franja fronteriza y tiene 0% de salarios de pobreza. En el contexto nacional que avizora un panorama complejo para la dinámica económica por las políticas emprendidas por Estados Unidos en el arranque del gobierno de Donald Trump, urge dirigir el timón hacia el mercado interno y el fortalecimiento de la productividad, para lo cual es indispensable y urgente mejorar los salarios bajos. Es fundamental que toda persona que aporta su trabajo a la economía del país en empleos formales deje de percibir salarios de pobreza. La competitividad de México no puede basarse en bajos salarios y condiciones laborales precarias. La trampa de la productividad requiere acabar con los salarios de pobreza. La ruta del ingreso digno es una vía que permite que cada empresa, adopte su propio ritmo y alcance la meta con base en mejoras de productividad. Muchas empresas grandes y medianas, y muchas ramas económicas tienen margen para mejorar los salarios más bajos. No hay que esperar los aumentos al salario mínimo, Vida Digna es una iniciativa de liderazgo empresarial, que redunda en mejoras a nivel de cada empresa: menos rotación, menos vacantes no cubiertas, mejor clima laboral, menos ausentismo y es la vía concreta sin imposición por decreto para ampliar el mercado interno.
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