Los ucranianos condenan y se movilizan contra la escalada de ataques rusos contra civiles
- EFE
- hace 5 horas
- 3 Min. de lectura
Leópolis.- El ataque del domingo de Ramos contra Sumi pone de manifiesto una estrategia de intensificación de los ataques de Rusia contra zonas civiles, destinado a desmoralizar y desestabilizar al país invadido, mientras la ofensiva terrestre rusa se ralentiza a pesar de la presión del ejército invasor.

Yulia Paievska, una célebre médico militar conocida como "Taira", expresó el dolor de la nación en una publicación en la red social de Facebook compartida por más de 10.000 personas desde el ataque que causó 36 muertos y al menos 120 heridos.
"Mi corazón es como cenizas. Me duelen todas las víctimas de esta guerra, a veces es insoportable", escribió Paievska, que sobrevivió en 2022 a tres meses de tortura en cautiverio ruso.
El terror como parte de la guerra
Al igual que muchos ucranianos, Paievska está segura de que la serie de ataques rusos contra Sumi, Krivi Rig, Járkov y otras ciudades no son un accidente, sino parte de un esfuerzo deliberado para aplastar su espíritu.
Ella considera que los incesantes ataques y los abusos documentados contra prisioneros ucranianos son un intento sistemático de erosionar la resistencia a la invasión.
El analista militar Kostiantin Mashovets comparte esta valoración, pues, según escribió para el Grupo de Resistencia Informativa, el objetivo ruso de atacar el centro de una ciudad abarrotada de gente o un parque infantil es sembrar el miedo y la indefensión.
Los limitados sistemas de defensa antiaérea de Ucrania, que no dan abasto en todo su territorio, deben dar prioridad a las bases militares y las infraestructuras críticas, como su sistema energético, explicó.
Rusia aprovecha esto para atacar deliberadamente barrios civiles menos protegidos para maximizar la destrucción y la desesperación.
Ofensiva costosa y guerra psicológica
El aumento de los ataques contra civiles se produce mientras el avance de Rusia en el campo de batalla se ralentiza, subrayó Mashovets.
Aunque Rusia conserva una ventaja en mano de obra y equipamiento, los avances de Moscú en marzo se redujeron a 133 kilómetros cuadrados, su índice más bajo desde junio de 2024.
Con las fuerzas ucranianas informando de más de 41.000 bajas rusas sólo el mes pasado, Rusia paga un alto precio por las mínimas ganancias territoriales, lo que provoca un aumento de los ataques de largo alcance y la guerra psicológica, según este experto.
Hanna Koval, columnista del diario ucraniano 'Day', advirtió de que Rusia busca ahondar las divisiones internas en la sociedad agotada por más de tres años de guerra.
Al afirmar que sus ataques se dirigen contra soldados ucranianos estacionados en las ciudades, Moscú intenta echar la culpa a los militares ucranianos.
"Al vivir bajo un peligro constante, algunos civiles empiezan a ver la presencia inevitable de soldados como una amenaza para su propia seguridad", escribió Koval.
Esta división, para ella, podría minar la capacidad de Ucrania para enfrentarse a su agresor.
Por su parte, Mashovets añadió que Rusia no encuentra barreras morales ni económicas a esta estrategia, lanzando costosos misiles contra zonas densamente pobladas para doblegar la voluntad de Ucrania.
Resistir al terror
Katerina Gromik, madre de tres hijos de Járkov, describió el terror que le producen los ataques con drones, que se han intensificado recientemente.
"Es espeluznante: vuelan justo por encima de nuestra casa", declaró a EFE.
Casi todas las noches, en lugar de acostarse, lleva a su hijo de dos años y a sus dos hijas mayores al sótano de su casa para esperar a que terminen las explosiones.
"Lo único que podemos hacer es rezar para sobrevivir", añadió.
Paievska ve en los ataques rusos una intención más profunda que la de causar miedo.
Rusia quiere despojar a los ucranianos de toda esperanza, aplastar su identidad e inculcarles una impotencia total, explicó la médico militar, antes de llamar a la rebeldía.
"Incluso en condiciones inhumanas, puedes seguir siendo humano, y eso es más fuerte que cualquier arma", aseveró.
La esperanza prevalece
Basándose en su supervivencia en cautiverio ruso, ella aconsejó a los ucranianos que se resistan al aislamiento, al que califica como "el mayor aliado del terror".
Mantener el contacto con los seres queridos y la comunidad, así como seguir soñando, trabajando y aprendiendo, son actos de resistencia, insistió.
"Cada paso valiente, cada acto de creatividad, es un contraataque", escribió Paievska en su cuenta de Facebook.
Lejos de doblegar a Ucrania, las tácticas de Rusia pueden estar galvanizando a su pueblo.
Gromik, aunque sacudida, encuentra fuerzas renovadas cada mañana.
"Rusia no nos desmoralizará", afirmó antes de apuntar: "nunca he amado nuestra ciudad, nuestra tierra, tanto como ahora".
Paievska se hacía eco de este sentimiento.
"El mero hecho de que sigamos aquí, dispuestos a luchar por nuestra tierra, nuestros hogares y nuestras familias, significa que ya hemos ganado la batalla principal", subrayó.
Comments