Marchas antiaborto no deben degradar la dignidad humana: Arquidiócesis de Tuxtla
Tuxtla- El Arzobispo de la Arquidiócesis de Tuxtla, Fabio Martínez Castilla expuso que si bien es cierto se debe respetar el respeto de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, los grupos que se han manifestado por el tema del aborto no deben denigrar el derecho a la vida.
“En esta ocasión quiero referirme al tema del derecho fundamental a la vida, motivado por el contexto que estamos viviendo en estos días. Podemos ver en las manifestaciones de las mujeres un sentido reclamo de justicia para las víctimas de violencia, pero ese reclamo no puede impulsarse con más violencia”, expresó.
Agregó en este tema que, se ha dicho incansablemente, y es uno de los argumentos más sonados de los grupos que defienden el “derecho al aborto”, que la mujer “tiene derecho a decidir libremente sobre su cuerpo”, sin embargo, degradar a una segunda categoría la existencia de un individuo de la especie humana por el solo hecho de que su supervivencia depende de la madre, es una clara injusticia y un atentado contra la dignidad humana.
“Ella es, efectivamente, dueña de su cuerpo, pero su propiedad no se extiende al territorio corporal de otra persona; y de que el embrión es persona, basta recurrir a los argumentos epigenéticos: coordinación, gradualidad, continuidad, propio código genético, para demostrar esa realidad”, expresó.
Agregó que, también se ha dicho que el aborto debe ser legal porque “todo niño debe ser deseado”, sin embargo, el “deseo” o “no deseo” no afecta en nada la dignidad y el valor intrínseco de una persona. El niño no es una “cosa” sobre cuyo valor puede decidir otro de acuerdo a su estado de ánimo
“Así mismo, el que una mujer no esté contenta con su embarazo no indica que no vaya a amar a su bebé una vez nacido. Además, el aborto es violentar nuestra naturaleza y la violencia puede volvernos insensibles al amor, al dolor y a la ternura”, puntualizó.
Se ha dicho también que con la legalización del aborto se terminarían los abortos clandestinos, pero la verdad es que no es así.
“Lo que sí sucede es que la moral se vuelve cada vez más laxa, ya que cuando se pretende legalizar una acción intrínsecamente mala, se corre el peligro de perder los valores de la recta razón, y con ello creer que lo malo por naturaleza, puede, en algunos casos, llegar a ser bueno”, puntualizó
Por último, hizo un llamado a todos los grupos que promueven el aborto, “recordarles que somos hermanos, de ninguna manera somos enemigos ni pretendemos serlo, los amamos y los abrazamos en Cristo Jesús, quien nos sigue invitando a tender puentes en lugar de construir muros, es por eso que nos unimos a ustedes para que a una sola voz exijamos justicia para todas las víctimas de la violencia, sin olvidar que una persona que se aborta es también una víctima de la violencia”.
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