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ALEJANDRA OROZCO

Objetos de apego, más que simples juguetes

Tuxtla.-Los niños siempre suelen jugar con todo tipo de cosas, pero también hay momentos en que, aunque no estén jugando, no se despegan de algún objeto que les da seguridad, se trata de los objetos de apego, que tienen un valor sentimental mucho mayor que el económico.


Tal fue el caso que hace unas semanas se viralizó, cuando Paquito, un niño tuxtleco, perdió a su osito en un paseo dominical y la sociedad lo ayudó a buscarlo compartiendo su historia en redes sociales, dando finalmente con su paradero luego de tres días, cuando pudo reunirse con él, en el Planetario donde se lo resguardaron.

La psicoterapeuta Mónica Argüello González, señala que un objeto de apego es aquel que el niño decide tener como forma de calmar sus angustias e inseguridades por la soledad, decide tomarlo y ese objeto le ayuda a dormir, mantenerse durante el día, ir a algún lugar de manera segura; no todos los niños lo tienen pero algunos sí lo manejan.

“Puede adoptarse a partir del año de edad o antes, si papá o mamá no están, a veces son los mismos padres quienes se los ponen y pueden ser ositos, muñecas, frazadas, pañalitos, un chupón, cualquier objeto como incluso una tabla, lo que le haga sentido de que está acompañado”, explicó.

Por lo regular, hasta los ocho años empiezan a darse cuenta de que no están tan solos, que tienen amiguitos y personas que los cuidan y entonces lo empiezan a dejar de lado, se recomienda dejarlo cuando entran a la primaria para hacer la transición, pero también es recomendable saber diferenciar cuando se trate de un caso más allá de un apego normal.

“Si llora mucho, si presenta cuadros de ansiedad, el no saber qué hacer, tenemos que ver qué está pasando, se va de un objeto de apego a

uno del que dependen o toda la emoción está puesto en él, de cualquier forma no se debe quitar, sino estar más cerca de él para transicionar su soledad”, señaló.

Hay niños que lo van dejando de lado solos, pero hay otros que se ponen muy mal cuando se les separa del objeto en cuestión, por eso es recomendable vigilar su comportamiento y también pasar tiempo con el niño, no suplir nuestra presencia con este objeto.

"No hay que quitárselo, pero de cierta manera, más que quitárselo estar más cerca de él, para que el niño pueda transicionar esta soledad y pueda entender que existen personas que también lo quieren y que pueden estar con él y no necesariamente investir el objeto de esa necesidad", finalizó, invitando a identificar cuando se trate de una conducta que requiera una consulta psicológica.

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