Pedro Sánchez, reelegido como presidente en España
Madrid.- El líder socialista español, Pedro Sánchez, revalidó este jueves su cargo al frente del Gobierno de España gracias al apoyo fundamental de los partidos independentistas catalanes y afronta ahora una legislatura agitada en la que deberá cumplir con todos los pactos alcanzados también con otras formaciones de carácter nacionalista y regionalista.
Después de dos días de tenso debate parlamentario, sobre todo ayer en su primer cara a cara en el Congreso español con el principal líder de la oposición, el conservador Alberto Núñez Feijóo (Partido Popular), Sánchez alcanzó los 179 votos previstos, tres más que la mayoría absoluta establecida (176), y cerró casi dos meses de negociaciones con el resto de grupos parlamentarios que hoy le dieron su apoyo.
Un tiempo en el que la ley de amnistía para los secesionistas catalanes que participaron en el proceso independentista ilegal en esa región en 2017 estuvo muy presente en la actualidad española y ha sido motivo de polémica y de manifestaciones masivas desde hace semanas, algunas pacíficas y otras con altercados de jóvenes ultraderechistas con la Policía.
Un Gobierno "legal" y "constitucional"
La ley de amnistía centró también el debate de investidura, en el que Sánchez expuso sus razones para llevarla al Congreso y, aunque reconoció que fue producto de la necesidad para conseguir gobernar - dijo en varias ocasiones la frase "hacer de la necesidad virtud"-, también la defendió como forma de mejorar la convivencia en Cataluña y con el resto de España.
En ese sentido insistió en su constitucionalidad y, frente a los grupos de derecha que califican al Ejecutivo que ahora debe formar de "ilegítimo" o "ilegal", por no haber llevado la amnistía en su programa electoral, recordó que en España gobierna quien logra una mayoría parlamentaria y no quien gana por número de votos las elecciones.
Recalcó que su Gobierno es plenamente constitucional al residir en el Parlamento la representación de los españoles.
Un Gobierno que, recordó, tiene un poder sólo limitado por las leyes y el mandato temporal que conlleva.
"La democracia solo es posible si se acepta esa derrota temporal y limitada. Así es la democracia parlamentaria y así debe seguir siendo si queremos preservar nuestra convivencia libre y pacífica", dijo hoy al cierre del debate.
En el cara a cara con Núñez Feijóo, tanto el líder opositor como el candidato socialista se cruzaron acusaciones por los acuerdos de Sánchez con los independentistas catalanes y los de Partido Popular con la ultraderecha.
Fue quizá el momento de mayor tono la intervención del líder de la extrema derecha española, Santiago Abascal, quien acusó a Sánchez de dar "un golpe de Estado" y llegó a compararlo con Hitler, tras lo cual, después de ser amonestado por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, abandonó la Cámara para unirse a los manifestantes que estaban en los alrededores.
El freno a la ultraderecha
Para Sánchez, la posibilidad de seguir en la presidencia del Gobierno español supone el "único muro" existente en España ahora mismo para frenar a la ultraderecha.
El líder socialista presentó además un programa social, con la prolongación de ayudas ya existentes y otras nuevas, y destacó el papel conseguido en los últimos años en España a nivel internacional.
Será ahora el rey de España, Felipe VI, el que formalice el nombramiento de Sánchez como jefe del Ejecutivo, una vez que Armengol le comunique la decisión de la Cámara, que se prevé para hoy mismo.
Este nombramiento se publicará con toda probabilidad mañana en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La audiencia de la presidenta del Congreso con el rey es un paso previo a la promesa que previsiblemente hará mañana Sánchez ante Felipe VI para tomar posesión de nuevo como presidente del Gobierno de España.
Aunque no se saben los detalles, el jefe del Ejecutivo en funciones tiene previsto dar a conocer en los próximos días su equipo de Gobierno.
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