Personal médico, laborando con miedo pero con compromiso
Tuxtla.- Llevamos ya más de 100 días trabajando en contingencia, algunos trabajan desde casa, otros se reparten en guardias, otros trabajan más que nunca, otros normal, y aunque para todos es algo diferente, hay quienes no quisieran estar en el lugar que ocupan, aunque lo hacen con valentía y vocación.
Entre ellos se encuentra “Salma”, ingeniero biomédico que labora en un hospital chiapaneco y se encuentra directamente en contacto con el virus, con esta enfermedad que está atacando a todo el mundo, muy cerca del peligro que para ella representa su labor.
“Yo me encargo de revisar los equipos, que funcionen bien y no haya fallo para los pacientes y los médicos, ahorita estamos trabajando a llamado, si un equipo falla o presenta algún error vamos a checarlo, generalmente usamos rutinas, pero con todo esto y por la contaminación del ambiente hospitalario, se trata de hacerlo al llamado”.
A sus veintitantos años, es una persona saludable, pero tiene mucho miedo de contraer la enfermedad y contagiarla a sus papás, sobrinos y demás familiares, por lo que todos los días se protege y acude al llamado, esperando que el virus no alcance a su familia y haciendo todo lo que está en sus manos para evitarlo.
“Me protejo usando cubre bocas todo el tiempo, también trato de cambiarme, ponerme la pijama quirúrgica estando en el hospital para no contaminar mi ropa, llegando a mi casa me desinfecto, me baño y hasta entonces tengo contacto con mis familiares”, relata.
Aunque su labor es detrás de y no de atención directa a los pacientes con Covid, estar en este lugar conlleva un riesgo, pues convive con médicos y personal que sí tienen un trato directo con los pacientes, haciendo equipo para salvar vidas.
“Tenemos pacientes con el virus en un área especial, son pacientes que llegan al hospital y en lo que se tiene la sospecha y hay espacio en los centros especializados se quedan ahí, luego son trasladados, hemos tenido temporadas en las que está muy lleno, así como entran, salen, o reingresan, se ha tenido un servicio muy continuo”, relató.
Por ello, ya ha habido contagio de médicos, enfermeras, técnicos radiólogos, camilleros que se han infectado con este virus, incluso fallecimientos de personas con las que convivía todos los días, lo que aumenta su miedo y aflicción por estar tan cerca de este virus.
“Me siento mal en el trabajo… sé que si sigo los protocolos de seguridad no me voy a contagiar, hay días que quisiera no ir a trabajar por lo mismo, por miedo a contagiarme y contagiar a mi familia, pero es nuestro deber, y aunque sea poquito, sé que estoy aportando algo en esta contingencia”.
Siempre trata de ser positiva, pues sabe que la parte anímica es importante, pero hay días en los que le gana la desesperación y en las noches se angustia, piensa en todo lo que está sucediendo a su alrededor, se siente como estar en medio de un tiroteo, esquivando las balas.
“Para la gente que no cree en el virus, cuídense, no es un invento, es una enfermedad que está atacando a muchas personas, nosotros, hablando por todo el personal de salud, si pudiéramos nos cuidaríamos más, pero no es posible, esto depende más de los que se pueden quedar en casa”, afirmó.
Al personal médico, le toca cuidarnos ya que estamos enfermos, por lo que pide que piensen en sus familiares, en las personas que están luchando por su vida y desearían haber hecho caso a las recomendaciones, pues más vale prevenir que lamentar.
“A quienes ya están contagiados, ánimo, no es el fin del mundo, no se ha encontrado la cura pero sí la forma de avanzar y poder sobrepasar la enfermedad, depende mucho de su ánimo, no se asusten, y si caen en el hospital los estamos cuidando muy bien, tratamos de que puedan salir”, finalizó, invitando a todos a no minimizar la situación y quedarse en casa para cuidarse a sí mismos y a los demás.
Nadie está exento de contagiarse de este virus, sin embargo, todos debemos cuidarnos y no pensar que lo peor ya pasó, el riesgo es latente no sólo para nosotros, sino para los que nos rodean también.
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