¡Que viva San Sebastián Mártir, muchacho!

Tuxtla.-  Desde el 4 y hasta el 23 de enero, Chiapa de Corzo celebra su fiesta más importante, y quizá la más emblemática de todo el estado: la Fiesta Grande, que venera a sus tres santos más importantes, así como recuerda a doña María de Angulo, benefactora del pueblo, y recuerda a los personajes que salvaron a su hijo, a la vez que ella salvó al pueblo de la hambruna.

El día 4, los parachicos niños salieron a danzar acompañados del Patrón, este cargo se ostenta hasta que fallece y luego pasa a un nuevo patrón, quien se convierte en una autoridad más del municipio, este día marca el inicio de todo, para dos días después, el 6, vivir el tradicional anuncio del Señor de Esquipulas, junto con el anuncio de los chuntá.

El 8, 9 y 13, salen a danzar las pandillas de chuntá, hombres vestidos de mujer que traen algarabía y júbilo a las calles, que se adornan con banderolas y papeletas multicolor, mientras que el día 12 sale todo el pueblo con disfraces; el día 14 es el anuncio de San Antonio Abad, con la tradicional enrama para este santo, así como la salida de las chiapanecas, espectáculo colorido que también se conoce como el Día de la Chiapaneca, donde las mujeres del pueblo y de fuera lucen el traje típico, con todo y sus adecuaciones.

El día 15 es uno de los más importantes, pues es el primer día que salen los parachicos a danzar, también lo hacen el 17 -día de San Antonio Abad-, el 18, cuando acuden al panteón a bailarle a los parachicos acaecidos, el 20, día de San Sebastián y el día 23, cuando termina la feria; chicos y grandes se suman a danzar al son de las vivas, el tambor y el carrizo, ataviados con el zarape, la montera, la máscara y el chin chin, baile que se considera patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO.

Cada año, el santo permanece en una sola casa, al anfitrión se le conoce como prioste y suelen esperar décadas para tener este honor, que les representa alegría, emoción y mucho júbilo, festejan con algarabía al santo patrono, que este año fue don Roberto Joaquín Montero, quien hoy, día de la Comida Grande, alimentará a unas 10 mil personas, con la tradicional pepita con tasajo, y el pozol bien frío.

"Es toda una preparación, en mi caso nos anotamos en una lista y me tocó 16 años para recibir a San Sebastián Mártir, es una preparación de vida, es el encargo de mi vida, lo hacemos y desempeñamos con mucha devoción, mucha fe y con el esfuerzo, todo en honor a San Sebastián Mártir, cada 19 y 20 de mes se festeja puntualmente para no pasar desapercibido… Para nosotros es un gran honor, estamos muy agradecidos con esta distinción, felices de haber tenido durante un año casi ya al santo patrono en nuestra casa, permitirnos cuidarlo, atenderlo pero sobre todo festejarlo mes con mes y ahorita en la Fiesta Grande", señaló.

Aunque los llene de nostalgia y tristeza que ya se va, este año dice que los ha llenado de bendiciones, cosas positivas, estar en familia, trabajar en equipo, dice que cumple con el compromiso feliz y con mucho amor para la gente y para el santo, y será el día 23 cuando se realice la misa de cambio de prioste, para entregarle esta tradicional figura a la familia que lo cuidará el resto del año y se encargará de presidir la fiesta en 2025.

El domingo 21, tiene lugar el Combate Naval, una representación con fuegos artificiales sobre el Río Grijalva que se ha convertido en un espectáculo de luces, se lleva a cabo a las 9 de la noche y abarrota el malecón, se puede disfrutar desde la orilla o a bordo de alguna de las embarcaciones, todas las lanchas prestan el servicio y se utilizan toneladas de pirotecnia, bajo supervisión de los cuerpos de emergencias, para seguridad de los asistentes.

El lunes 22 se llevará a cabo por la tarde el desfile de carros alegóricos, a bordo de uno de ellos va la reina de la feria que personifica a doña María de Angulo, seguidos de pandillas de parachicos, chiapanecas y chuntá, personajes principales de esta tradición, que también significa un repunte importante para los comerciantes de la zona. 

Doña Esperanza Hernández, por ejemplo, desde hace 41 años elabora cochito tradicional, su buen sazón le ha permitido mantener sus precios en 70 pesos la orden, dice que primero se pone en un perol a cocer el cochito durante una hora y 20 minutos aproximadamente, de ahí se saca y se mete al horno condimentado con chile ancho y guajillo, entre otras especias, venden unos 20 kilos al día y a los turistas les gusta mucho, pues su sazón es distinto a la receta de otras partes del estado.

"En estas fechas sí viene más gente, vienen principalmente los turistas, la gente de otro lado que son los que vienen a comer, aquí ya tiene años doña Esperanza elaborando acá, ya es conocida y ella se ha dedicado siempre a la venta de cochito y pepita con tasajo", señaló doña Graciela, una de sus ayudantes.

Esta fiesta está llena de color, baile, música, comida, bebida, pero sobre todo mucho arraigo y orgullo por las raíces de este pueblo mágico, que en estas fechas se paraliza: comercios, escuelas, trámites, todo se suspende para poder vivir su fiesta al máximo, para ellos es la mejor manera de empezar el año e incluso, es más importante que la Navidad, el año nuevo o cualquier otra celebración.