René, el maestro del lente
- ALEJANDRA OROZCO
- 19 feb
- 2 Min. de lectura
Tuxtla.- El 20 de febrero es el Día Internacional del Camarógrafo y Fotógrafo, uno de ellos es René Araujo, que lleva más de 40 años dedicándose a la fotografía, en un principio quería estudiar diseño gráfico y artes plásticas, y terminó siendo fotógrafo en lo que hoy es Coneculta, tomaba fotos de cultura, pero luego empezó a hacer amistad con periódicos y le pidieron que fotografiara nota roja, pasando de la cultura a la sangre, hoy es todo un fotoperiodista.

"Cuando me preguntan qué tipo de fotógrafo soy, respondo de manera jocosa, soy un fotógrafo técnico rudo, técnico porque me hice acercándome a las artes, y rudo porque me dediqué a buscar las situaciones que se viven en la calle de nuestra ciudad… lo más difícil es enfrentarse a la cotidianidad, nunca debemos perder la capacidad de asombro, ya sea que está cayendo el sospó en las calles, la tristeza de la gente”, relató.
Dijo que lo que vivimos se esconde en repetir estas cosas día a día, y nos volvemos ciegos del entorno en que vivimos, por eso debemos asombrarnos, salir con una sonrisa y estar pendientes de lo que vemos a nuestro alrededor, es un ejercicio de enfoque visual, de mente, de humanidad, y no debemos perder la percepción de nuestro entorno.

“He tenido muchas satisfacciones como fotógrafo, estar cerca de la gente, de nuestra cultura, de las manifestaciones de nuestra sociedad que siempre está cambiando y se está involucrando en su devenir, pueblos indígenas, la comunidad zoque siempre me ha cobijado de manera excepcional; es muy lindo sentarte en el suelo, que alguien te diga, deja tu cámara a un lado y vamos a compartir un taco humilde debajo de un árbol, todo eso te va llenando de vivencias y experiencias", admitió.
Si bien ha tenido algunos problemas de salud, que lo han obligado a parar algunas veces, pretende seguir en la calle armado con la cámara, ha sido un camino agridulce, desde lo bonito de retratar a la gente, hasta desastres naturales, operativos, y otras desgracias que pasaron a ser parte de la historia de nuestro estado.

"El único fotógrafo que llegó a Acteal después de los muertos fui yo, no tomé fotografías pero sí te puedo platicar que fue tan difícil ver cuerpos tirados entre el lodo, entre la pobreza, entre el olvido, te rompe el corazón, duele mucho todavía, me han tocado operativos, todo lo álgido, los desastres naturales siempre son difíciles, por eso trato de rescatar la alegría, de compartir con otros compañeros esas experiencias buenas o malas”, añadió.
El reto, considera, es la vigencia y alternancia de la fotografía con los medios, priorizar la personalidad, eso se logra a través de la imagen, pues si tenemos independencia e identidad nos mantendremos vigentes, el reto es adaptarse, las redes son sustratos donde plantamos imágenes e ideas, y piensa que la inteligencia artificial sirve para ordenarlas, seguir adaptándonos y usando la inteligencia humana.
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