Simojovel, la ruta del ámbar
- ALEJANDRA OROZCO
- 8 jul 2022
- 3 Min. de lectura
Simojovel.- Simojovel de Allende se encuentra a 150 kilómetros de la capital chiapaneca, es conocido por su variedad de chiles, pero también por una artesanía mundialmente famosa: el ámbar, una resina fósil con la que se elaboran joyas, accesorios y mucho más.

Es un pueblo de clima agradable, una zona de buen café y de gente amable, que se dedica en su mayoría al comercio y a la extracción de este material, se pueden encontrar puestos a lo largo de la carretera, en el centro y en negocios establecidos.
Don Javier, se dedica a la extracción de ámbar desde hace 30 años, es un trabajo que le gusta pero también sabe que es pesado e implica un gran riesgo, pues se meten a sacarlo sin equipo de protección debido al calor que se puede sentir adentro.
“Tiene uno que saber, las minas son muy peligrosas, se puede venir todo abajo y ya hay varios compañeros que han quedado adentro… tiene su chiste, es bonito pero también se piensa, es pesado porque hay días que podemos sacar hasta cinco kilos, y otros que no encontramos nada”, comentó.
Como toda labor de minería, el pico y la pala son indispensables, así como la linterna para alumbrar su camino, pueden encontrar ámbar del claro hasta el más oscuro, este tiene mayor valor por ser más raro, esto va dependiendo de las tonalidades que presente y del tamaño o peso de la pieza.

Aunque muchos compran el ámbar en bruto, tiene más valor ya trabajado, pues ese es otro esfuerzo que se le invierte: transformarlo en un dije, un arete, un anillo, un collar o incluso otros objetos como cruces, flores, mariposas.
Esta resina, hace miles de años se encontraba en forma líquida, al irse deslizando por los árboles en ocasiones atrapaba algún insecto o animal pequeño, por lo que además de su uso en joyería, también es un material que ayuda a conocer el pasado, pues numerosos fósiles que se han vuelto objetos de estudio provienen de una pieza de ámbar.
Aunque este pueblo es mundialmente conocido por ser donde más ámbar se encuentra en la región, la situación para los artesanos es cada vez más difícil, factores como la piratería les afectan en demasía, pues la gente prefiere comprar una pieza que parece ámbar pero es más barata, a pagar el precio justo por la artesanía.

Sobre todo los chinos, se han dedicado a explotar las minas de este material y vender otro que no es real a menor precio, competencia desleal que ha afectado sus ingresos, pues han tenido pérdidas o bajas ventas de hasta el 30 por ciento, y no pueden bajar más sus costos porque no les resulta el negocio.
Si bien el municipio no es un pueblo mágico, sí se puede explorar turísticamente, sobre todo para comparar precios y variedades para adquirir la mejor pieza de ámbar, así como degustar la gastronomía de la región: también es el lugar donde se origina el satz, un gusano de árbol comestible que se da en temporada de lluvia y se ofrece frito o en diferentes preparaciones.
Además, cuenta con hoteles y posadas accesibles para los visitantes, restaurantes pintorescos y transporte directo a la capital, se ubica a unas tres horas de la misma y está cerca de otros destinos como San Cristóbal, por lo que vale la pena visitarlo y convencerse de su potencial artesanal y turístico.
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