Tejedores de Aldama entre las balas y el COVID-19
Aldama.- La pandemia y la violencia han generado una incertidumbre económica para los artesanos de Aldama, Chiapas. Son cientos los tejedores (as) de telares, que se encuentran en la pobreza por el confinamiento del COVID-19 y las balas por el conflicto entre ese municipio y Santa Martha, Chenalhó.
Un ejemplo es la comunidad de Xuxch´en, ubicada aproximadamente a 40 minutos de la cabecera municipal, donde mujeres, niñas y niños dedican hasta 12 horas del día para trabajar telares de diferentes patrones, colores y trazos, con un gran significado e historia.
Delia es menor de edad, abandonó su vivienda una noche, cuando el tiroteo sorprendió a su familia, luego huyeron hacia una parte alta y lejana. Actualmente, vive en condiciones de pobreza extrema, en una casa de madera con techo de lámina y piso de tierra.
A pesar de las aflicciones, Delia llevó consigo sus herramientas de trabajo: un lazo, palos de diferentes tamaños, uno con forma de espada, otro parecido a una aguja con el que recoge los hilos y un cincho.
Posteriormente, visitamos el hogar de Petrona, ella se encontraba tejiendo hilos de color rosa, con corazones celestes, sapos y rombos; una sonrisa la caracterizó, con ambas manos se cubrió la mitad del rostro, pero poco a poco logramos entablar conversación, en su idioma tzotzil y con la ayuda de un traductor.
En seguida, conocimos a Eduardo y a su hermano, tejiendo desde el patio de su casa un telar verde y otro azul. Corrió para ir por una bolsa, donde guarda sus trabajos, él espera poder salir a venderlos.
Los artesanos manifestaron que pasan los días sin dejar de tejer, con la esperanza de que la enfermedad del Coronavirus y las balas cesen, para poder regresar a las calles de San Andrés Larrainzar a vender.
Por otra parte, Miguel Armando Jiménez Jiménez, colaborador del Centro para el Desarrollo de las Mujeres de ese ayuntamiento, expresó que asesora a las artesanas para canalizarla hacia un filtro de comercialización ubicada en San Cristóbal de las Casas, pero al momento está todo varado por la actual situación de la pandemia.
Mencionó la importancia de acompañar a las vendedoras, ya que muchas veces su trabajo es poco remunerado, considerando que es un arduo trabajo manual y con tintes artísticos: uno de los ejemplo que expone es la venta de las blusas en 80 y 120 pesos, luego las tiendas lo dan hasta en 700 pesos, por eso busca que se les de un valor justo, sin regateos.
Finalmente, detalló que las ventas cayeron y con ello, la pobreza se incrementó. Aclaró que ninguno de los artesanos reciben apoyos o son beneficiados con programas de gobierno estatal y federal, por lo que sería importante la consideración de ese sector para ayudarlos a mitigar la crisis económica.
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