Terminales de autobuses, “nuevo” refugio de migrantes
- COMUNICADO
- 2 ago 2023
- 3 Min. de lectura
Tuxtla.- De acuerdo con organizaciones de la sociedad civil, existen dos campamentos en Tuxtla Gutiérrez para personas migrantes, uno ubicado en la terminal de autobuses Ómnibus Cristóbal Colón y el segundo en otra terminal que está a un costado del Mercado de Los Ancianos.

“Si nos detienen y nos devuelven a nuestro país, regresamos las veces que sea necesario, para nosotras volver no es una opción”, dice Estefani, mujer de 26 años originaria de Frontera Huaquillas, Ecuador, mientras descansa de las actividades diarias que hace para reunir recursos y continuar la travesía por México.
Sentada sobre piezas de cartón y una sábana en la acera de la terminal de autobuses al norte-poniente de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, junto a sus cuatro hijas y su esposo, Estefani espera los alimentos que donan organizaciones religiosas.
Hace dos semanas cruzó el río Suchiate junto a su familia, pagaron el transporte para la Ciudad de México, pero en un retén de Puebla fueron detenidos y regresados a Tabasco donde permanecieron nueve días hasta reunir el recurso para llegar nuevamente a Chiapas.
Estefani vende caramelos para avanzar y para los gastos que surgen a diario como el acceso a los baños. “Una niña no aguanta hambre, cuando te pide tienen que conseguir, pero hay gente que te insulta, nos dicen que nos regresemos a nuestro país”.
Hasta ahora solo en pasajes han invertido 8 mil pesos mexicanos, “y aquí a nosotros nos cobran el doble en los buses para ir a Oaxaca”. A esto le suman que, los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), en los retenes, les piden de 500 a 3 mil pesos para no ser detenidos y deportados.
Pero la joven madre de familia asegura que están dispuestas a resistir hasta llegar a Canadá, pues la situación de Ecuador no es ajena a los desplazamientos que derivan de la violencia y control de los territorios por el crimen organizado.
“Tenía un negocio de ropa de segunda mano pero me comenzaron a extorsionar y me pidieron que pagara derecho de piso”. Por otro lado, su esposo que se dedicaba a la pesca, también se vio afectado por los cobros y los robos de la delincuencia organizada.
“Ecuador es pequeño y si le echan un ojito se darán cuenta qué tan dura está la vida desde la pandemia y muchos están huyendo por eso”, lamenta.
El domingo pasado una fuerte lluvia cayó sobre la capital de Chiapas. Ismael, su esposa y sus cinco hijas se resguardaron en la central de autobuses que se encuentra a un costado de una plaza comercial, pero fueron sacados por los guardias de seguridad.
“Nos mojamos y enfermé”, cuenta Ismael. Es la primera vez que un integrante de la familia se enferma durante la travesía que realizan desde hace dos meses que salieron de Venezuela.
Cruzaron por el río Suchiate e inmediatamente, el INM les ofreció un traslado “gratuito”, posible con sólo firmar un papel en el que pierde sus derechos para cambiar su estatus migratorio, “sólo firmamos porque queríamos salir rápido”.
Al llegar a Tuxtla, otro de sus connacionales les dijo que se trasladaran a la central de autobuses norte-poniente para estar más seguros, “nos han querido sacar pero la iglesia ha intervenido para podamos seguir aquí”.
Isamel es chef de cocina italiana, francesa, mexicana y de su país de origen, pero por ahora vende caramelos y trabaja en lo que pueda, “prácticamente estamos viviendo en la calle con mi cinco hijas y mi esposa”.
José Arias, de 28 años de edad, también viaja con su familia compuesta por su pequeña hija y su esposa, con quienes comparten una caja de cartón para recostarse y usan dos pequeñas mochilas como almohadas.
Salieron de Venezuela debido al contexto económico, “soy ingeniero mecánico pero no hay opciones para trabajar”, relata después de tomar una siesta; “en las noches dormimos poco para cuidar a la familia, nos turnamos”.
Llegaron a la frontera sur de este país desde hace un mes. El INM los trasladó desde Suchiate hasta Tuxtla Gutiérrez, pero buscan llegar a Estados Unidos. José reconoce que el trayecto ha sido duro, pero en particular los mexicanos, se han portado amables, pues les otorgan alimentos y medicamentos.
Comments