Urge que empresas adopten la transformación digital
Es prioritario incorporar en la estrategia de las empresas mexicanas, de cualquier tamaño, los diseños y mecanismos para acelerar las tecnologías digitales y de esa forma crear los procesos, productos y, sobre todo, los servicios.
Así lo Alberto Muñoz Ubando, vicepresidente de la agenda digital de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, Telecomunicaciones e Informática (Canieti), quien comentó que, pese a que en la mayoría de ocasiones el mencionado proceso implica mayor incertidumbre, destacó que es momento de buscar asociaciones para lograrlo, es decir nuevas relaciones comerciales con nuevos socios y, de esa manera, incursionar de una manera más veloz en esa transformación digital.
Detalló que esto también implica que se incurra en el apoyo de proveedores de tecnología, debido a que en la actualidad hay una gran cantidad de tecnologías disponibles que, antes de la pandemia por el covid-19, no se pensaba en invertir en las mismas porque lo que las compañías siempre esperan es abatir los costos.
Sin embargo, el también vicepresidente de Educación Superior e Innovación de Canieti Sureste advirtió que en la actualidad no hay pretextos para decir que no es “monetizable”, sino todo lo contrario: les permitirá extender la oferta de valor que adquieren los consumidores, los clientes.
Aunque está consciente de que hay regiones en México, como el mismo caso de Chiapas, donde es complicado este tipo de avances, el especialista apuntó que al final de cuentas el área de oportunidad es multisectorial, por lo que en las zonas en donde no se tenga la cobertura o la calidad de la transmisión necesaria, se podría incursionar en otros tipos de telecomunicaciones, de infraestructura, entre otros.
SÍ SE CUENTA CON INFRAESTRUCTURA
No obstante, confió en que en el país existe una base de ingeniería muy importante que garantiza infraestructura, y es ahí donde se tienen que abrir espacios para esa creatividad, y de esa manera llevar las comunicaciones en todos los ámbitos.
“Tampoco se trata de que todas las comunidades cuenten con un sistema de comunicación al máximo de velocidad para ofrecer soluciones, y ahí es donde entra la creatividad”, subrayó.
Inclusive, consideró que es momento de dejar de pensar en “elefantes blancos”, de grandes infraestructuras para llevar servicios que pueden “monetizar” las empresas.
Algo que se tiene que tomar en cuenta, agregó, es que los precios han caído mucho en el tipo de servicios, lo que significa que ya no es lo mismo el contabilizar una inversión en infraestructura, que no logre amortizarse con el consumo o con el uso de esos servicios, y que la gente, en la medida en que en realidad los requiere, es cuando los paga.
Alberto Muñoz ejemplificó el caso de la educación, “y para ello se tienen que aumentar las capacidades para proveer sistemas educativos a distancia, en todos los niveles, desde preescolar hasta universidad, ¡y qué de menos las empresas! Porque ya no es una cuestión de lujo, sino es parte de una necesidad el poderte comunicar, de una forma más efectiva, con tus clientes”.
De alguna forma, dijo, la pandemia “desnudó” este tipo de necesidades, y en este caso, puntualizó, de algo malo como es el nuevo coronavirus, resultaron cuestiones positivas, “ya es momento de modernizarse, de acelerar el proceso de transformación tecnológica”.
De lo que hay que estar más que conscientes, enfatizó, es que en la actualidad sobreabunda la información, por lo que se tienen que detectar esos mecanismos para generar los retos y desafíos que permitan generar el valor con propósito.
¿CÓMO ESTÁN LAS LEYES?
Para él, detalló, la tecnología va más rápida que la ley, “y por fortuna, México ha asumido los compromisos desde hace como tres décadas con acuerdos internacionales que nos obligan a estar a la vanguardia”.
Si se revisan las estadísticas de las actualizaciones legislativas de otros países con respecto a las tecnologías más poderosas como la inteligencia artificial, se puede observar que en “el mero corazón” de Europa y en Estados Unidos aún se analiza “cómo se puede poner al ser humano al centro de la tecnología”, comentó.
De hecho, dijo que hay grandes discusiones sobre cómo aprovechar o capacitar la inventiva humana ante la capacidad de las tecnologías de ir “muy rápido; por ello, debemos de dejar de ver a la tecnología como una amenaza, porque eso puede implicar el tomar riesgos para los aparatos legislativos, decisiones que pudieran afectar de manera directa o indirecta a la sociedad; tenemos que ser más abiertos”.
Con ello, analizó que los funcionarios públicos tomarían decisiones más rápidas, sin tener los temores tradicionales de que se les finquen responsabilidades solo por involucrar tecnologías que aún no están 100 por ciento comprobadas.
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