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ALEJANDRA OROZCO

La aventura de ser mamá: Vacaciones, no se acaben nunca

¡Feliz Navidad! ¡Feliz Año Nuevo! ¡Feliz Día de Reyes! Ya estamos de vuelta en esta, su columna de confianza, donde nos desahogamos, romantizamos y desromantizamos la maternidad y la vida en familia, ya no como mamá primeriza, sino como una más de ustedes, compañeras en esta batalla de la crianza, y antes que cualquier cosa, quiero expresarles mi gratitud por poder compartir estas palabras, y mis mejores deseos para poder seguirlo haciendo este 2025, que les sea próspero y lleno de bendiciones.


No saben la falta que me hacían unos días de vacaciones: desconectarme de las malas noticias, dejar un rato el celular para jugar con mis hijas, o simplemente para regañarlas sin distracciones -es broma, pero si quieren no es broma-, pues aunque mi chamba no siempre implica desgaste físico, emocionalmente sí es una carga pesada, sobre todo en fechas que a todos les toca descansar menos a ti.

Pero en esta ocasión, sí pude despejarme y disfrutar la Navidad con calma, sin prisas ni vueltas de última hora, en Año Nuevo me tocó trabajar, pero siempre es un buen augurio para iniciar y terminar el año trabajando, al menos así lo veo y así me gusta creerlo, afortunadamente el fin de año transcurrió tranquilo y pude equilibrar el descanso, la familia, mi cumpleaños y el trabajo, ya llevamos una semana de 2025 y todavía escribo de repente 2024 en vez de 2025, como cuando estaba en la escuela.

Mis vacaciones las dediqué totalmente a estar en casa, cuidar a las niñas, cocinar, sentirme en esas series donde la mamá solo hace ejercicio, lleva y trae a sus hijas y se toma el café con las amigas, y créanme que podría acostumbrarme a ese estilo de vida, fácilmente podría poner en pausa mi vida laboral y dedicarme de lleno al hogar… pero bueno, se vale soñar, y sé que en algún punto extrañaría la vida laboral.

Me doy cuenta de lo mucho que me estoy perdiendo de su etapa de niñas con el estrés y las carreras del día a día, de verdad que gocé mucho despertarnos tarde, ir a pasear, sentarnos a ver películas, la magia de la navidad juntas, también hubo muchos pleitos, claro que sí, porque la versión de nuestros hijos en vacaciones es totalmente distinta a los seres que van a la escuela: se descontrolan, se les cuatrapean los horarios, se vuelven pickys con la comida, se aburren, se frustran, pero todo vale la pena con tal de estar a su lado.

Estos días me sirvieron también para darme cuenta de lo que quiero y lo que no para este año, me hicieron valorar mi familia, las bendiciones que Dios derrama sobre mi vida, lo relativo que es el tiempo y lo rápido que pasa, pero sobre todo, cuánto los amo y que estoy en el lugar por el que alguna vez oré, en una familia sana, completa y llena de amor, complicada como todas, con sus dimes y diretes, pero que va caminando a pesar de las adversidades.

Así que cómanse ese pedazo de rosca, empiecen la dieta el martes, abracen mucho a sus hijos, disfruten el verlos crecer, y que este 2025 sus familias crezcan en todos los aspectos, siempre tomados de la mano, y cualquier cosa aquí nos seguimos leyendo, acompañándonos y relatando la aventura de ser mamá.

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