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Redacción

Yaneth Gil, velando por los derechos de las migrantes (Su propia historia de migración inspiró la lucha a la que se dedica día a día)

Ya casi se termina este año, y nuestras anfitrionas, Pau y Sandra, creen que ha sido un año muy enriquecedor en Universo Violeta, donde y hemos conocido a mujeres talentosas con gran trayectoria, el día de hoy nos acompaña una mujer extraordinaria, a quien admiran mucho, por hacer un gran activismo por los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños y adolescentes migrantes, que ha hecho un trabajo extraordinario y nos platica de qué se trata esta organización, desde cuándo la tiene, cómo comenzó, ella es Yaneth Gil y está por cumplir 10 años con la asociación Una ayuda para ti, mujer migrante.



“De la organización deriva un albergue, que es la Casa de la Mujer Migrante, que ya tenemos cinco años llevando a cabo el trabajo de dar atención para que las mujeres puedan pernoctar con sus hijos e hijas menores de edad… defendemos y promovemos los derechos de las mujeres en las migraciones de cualquier país del mundo, hemos atendido hasta hoy a mujeres de 23 países del mundo, de diferentes idiomas, de diferentes religiones, algunos quizá me conozcan, yo nací en El Salvador, soy mexicana, nacida en El Salvador, y por conocer exactamente todas las problemáticas que pasa una mujer desde que sale de su país de origen hasta llegar a México, sé lo que pasa una mujer migrante, de ahí es que nace la idea de la asociación, de ayudar a estas mujeres por todo lo que sucede con ellas”, señaló.

Recuerda que salió de El Salvador un 17 de octubre del año 2004, con la idea de llegar en diciembre a Estados Unidos, a Washington, porque tenía las fechas trazadas, cuándo iba a llegar a México, cuándo iba a pasar Chiapas, cuándo iba a llegar a Estados Unidos, y en el estado de Chiapas le pasaron muchas cosas, muy similares a las que pasan ellas y hasta peores… y es que todas las mujeres migrantes que van a entrar a México, se toman una pastilla que se llama Antiméxico, porque saben que en México van a ser violentadas sexualmente… para ella, es el problema más grande que las mujeres pasan en todo el territorio mexicano.

“Entonces llego a Chiapas, ya me habían pasado muchas cosas, yo ya había perdido muchas cosas, salí de mi país en estado de embarazo, y soy secuestrada aquí en el estado de Chiapas, porque querían vender a mi hijo… ya no pude llegar a Estados Unidos, estuve secuestrada cinco meses, y recuerdo que llegaban, se lo querían dar al mejor postor, y llegó una señora, una güera alta, y decía yo le doy 300 mil pesos, hizo ya 20 años en octubre, esto que yo pasé, lo pasan ellas, he escuchado historias mucho más difíciles de lo que ustedes se imaginan, mujeres que han sido torturadas más al sur de Tuxtla Gutiérrez, las han secuestrado y las han torturado, a veces vienen sin dos dedos, a veces les queman la espalda con cigarros, o les meten las navajas en la espalda hasta que paguen el rescate y logran escaparse de ellos”, compartió.

Consideró que nosotros decidimos cómo encausamos las cosas, si por lo que me pasó voy a estar molesta toda la vida, voy a estar triste, o hago algo para enfrentar esta situación y ayudar a otras personas, a estas alturas, a más de 20 años de estar acá, ya sanó, porque inició con la organización hace 10 años, pero no había sanado, y lo decía y lloraba, ahora hasta sonríe, porque esta experiencia que tuvo es la que la ha hecho, la que la ha formado, y esto es lo que le hizo ayudar hasta hoy a muchas mujeres, quizás no les ha solucionado la vida, pero les han dado mucho, les ha dado relativamente bastante, porque como mujer migrante, si hubiera recibido lo que les dan en la organización, hubiera estado encantada de la vida.

“Es así como un año después de llegar a Chiapas, me doy cuenta que hay muchas mujeres migrantes en ese entonces durmiendo en la calle con sus niños, corriendo riesgos, mujeres que estaban pariendo o teniendo sus niños en la calle y que en ese entonces se los estaba llevando el DIF, porque ellas se desatendían de esos niños, tenían a sus niños acá y se iban, seguían hasta llegar a Estados Unidos, y dije, ¿quién va a hacer algo aquí? Tengo que hacerlo yo, porque ¿quién?”, añadió, a pesar de que por hacer este trabajo, independientemente de lo que tuvo que pasar, también arriesga su vida, porque es una activista por los derechos humanos de las y los migrantes, incomoda a personas, y por eso la admiran, porque a pesar de que arriesga su vida, la de su familia incluso, de alguna manera sigue en pie.



“El año antepasado, el año pasado, nos tocó atender a un significativo número de mujeres violentadas, de esposos mexicanos, que las amedrentaban y les decían, como eres de otro país, si te echo a migración, te van a deportar, no tienes papeles, vas a hacer lo que yo te diga, y las mismas mujeres migrantes nos han dado la pauta, cómo hacer nuestro trabajo, en qué ir cambiando, cómo hacerlo más nítido, qué atención específicamente dar, y precisamente hoy la Casa de la Mujer Migrante, el albergue, se va a enfocar a mujeres migrantes violentadas”, añadió.

Y es que cuando empezaron a venir las primeras olas de migrantes fuertes, había una discusión incluso en las familias, en las mesas, en las que si están o no de acuerdo con esta migración, todas y todos tenemos algún familiar migrante que haya ido a Estados Unidos, o migraciones internas también, por ello invitan al público, a la ciudadanía a ser empáticos, empáticas con la migración, están saliendo de su país, no porque quisieron venir de vacaciones, por la violencia extrema, por el narcotráfico, la delincuencia organizada, por mil temas.

“Cuando la primera caravana, yo ya tenía acá 16 años, y recuerdo que me querían linchar en el centro de Tuxtla, porque andaba en una playera que decía El Salvador Centroamérica, y pensaban que yo venía en la caravana, imagínense, yo viviendo acá, mi acento ya cambió, ya ni se me nota, que si yo no lo digo, nadie se da cuenta que yo soy de allá, y aún así, en ese entonces, a mí me daba mucho miedo identificarme como salvadoreña, y en la pandemia, que me acuerdo que mis cubrebocas decían El Salvador, tenían un escudo, entonces cuando yo me lo ponía decían, esa venía en la caravana, y trae enfermedades, no nos juntemos con ella, me tocó varias veces, y mi hijo me decía, mamá, es que estos cubrebocas hay que ponerlos al revés, porque nos ven mal, eso yo lo viví ya viviendo acá”, dijo.

Esa es la xenofobia, por ello también creen que es importante, así como se hace un llamado a la ciudadanía, hacer un llamado al Estado, porque al final, cuando una persona está en un territorio extranjero, el Estado tiene una gran responsabilidad a través de todas sus instituciones, por eso hay políticas migratorias y hay leyes, hay instituciones que tienen que atender el problema, y confían que en esta nueva administración cambien las cosas, si bien es cierto, los esfuerzos que se hacen desde las organizaciones civiles, que no cuentan con dinero de nadie, todo se gestiona a la buena voluntad de la sociedad civil, por eso es tan importante ser empáticos, sumarse, ayudar, pero también el Estado tiene una responsabilidad respecto al compromiso de proteger los derechos humanos de las personas que están migrando.

“Yo estoy muy esperanzada con este nuevo gobierno, yo espero que algo bueno traiga, tengo tres solicitudes que he hecho a tres gobiernos anteriores, donde les he solicitado un espacio, un elefante blanco, un edificio viejo, lo vamos a adecuar, vamos a hacer el trabajo de ustedes, nada más ayúdennos con un espacio, y las tres solicitudes, ahí tengo mis respuestas… además no han respetado las leyes, la primera oleada de migrantes, la primera caravana se vino porque el presidente de la República dijo que iba a dar 400 mil empleos a personas migrantes, yo estoy en grupos de WhatsApp de migrantes, cuando se organizan, están diciendo, vamos a emigrar porque esto va a haber en México, y no lo hubo, la regularización de los documentos tarda más de un año, para que muchas veces les digan, no se las vamos a dar”, reconoció.

Las personas refugiadas son las que vienen huyendo de su país, es la migración obligada, la que sale de su país huyendo de delincuencia, sobre todo delincuencia organizada, ellos vienen a pedir refugio a México, que tiene convenios y tratados internacionales, tan solo los albergues de gobierno no son dignos, y es que todos traen un plan de vida, muchos de ellos vendieron su terreno, su casa, lo único que tenían para salir de su país, no pueden quedarse en un albergue siempre, comiendo lo mismo, incluso frío, ella estuvo en el uno y en el dos, tres meses trabajando, y se dio cuenta de muchas cosas: hay violación a sus derechos humanos, están inconformes y los entiende perfectamente, nadie quiere estar en un albergue nada más porque sí, 98 de 100 migrantes entrevistados dicen, yo quiero llegar a Estados Unidos, ¿A qué me voy a quedar? ¿Dónde voy a trabajar? ¿Cuánto me van a pagar? Aquí en Tuxtla Gutiérrez a las personas migrantes les pagan 50 pesos por 12 horas, y si van a comer ahí, les pagan 20 pesos.

“El Estado no controla, no regula y no cuida, hasta hoy nunca lo ha hecho, yo, que he estado en la organización y que he estado velando y que ando para allá y para acá y ando haciendo incidencia en las reuniones y diciéndoles, no hacen nada, no sé si van a ver esto… otra cosa, esa tarjetita verde, que dan una residencia, yo la tengo porque todavía no me he naturalizado, esa residencia ahorita vale 10 mil pesos, es una regularización por vínculo familiar con hijos o hijas mexicanos, pero que no te sirve para nada, ni siquiera para abrir una cuenta de banco, se la estás comprando al gobierno, le estás pagando para que te dé una tarjeta, pero no te sirve ni para abrir una cuenta de banco, sí andas legalmente, pero en algunos momentos que tú la muestras a migración piensan que hasta falsa es, ni entre ellos se ponen de acuerdo”, mencionó.

Una ayuda para ti, mujer migrante, se inauguró este 18 de diciembre, día del migrante precisamente, y requiere apoyo, sobre todo necesitan alimentos, porque la casa empezó a trabajar y lo que más ocupa el albergue es arroz, frijoles, maseca, aceite, café, atún, sardinas, pañales para bebés de todas las etapas, muchas toallas sanitarias y papel de baño, porque todas las mujeres requieren esa ayuda, y todo lo que les puedan dar, ropa, zapatos, juguetes, no precisamente nuevo, si fuera nuevo, qué bueno, pero puede ser de segunda mano que esté en buen estado, pueden enviar un mensaje de WhatsApp al número 961-402-1563 o al 961-199-3687, pueden escribir a Facebook en la página de Una Ayuda para Ti Mujer Migrante AC, y hay un correo oficial que es mujermigrante275.com.




“Yo ya había pasado tantas cosas, y no había nacido mi hijo, no es lo mismo andarlo en la panza que andarlo cargando… ya me habían liberado los secuestradores, entonces dije, ¿a qué me voy allá? ¿Cómo le voy a hacer con este bebé? ¿Y a dónde voy a llegar? Porque eso yo no lo había pensado desde que salí de El Salvador, yo todo lo pensé bonito, así como ellos lo piensan, te sientas y hablas con ellos, te dicen sus planes, y así como yo te dicen fechas, a dónde van a llegar, hacen cuentas del dinero que traen y piensan que les va a alcanzar, pero cuando llegaron aquí ya no traen nada, o se lo robaron o se lo gastaron, entonces digo, ¿a qué me voy a ir a Estados Unidos? Para que todo esto sucediera, ya habían pasado siete meses, y es bien difícil que tú puedas convencer a una persona migrante de quedarse en México, nosotros hemos tratado el tema con ellos, te platican, te dicen, se alegran y les brillan los ojos de alegría porque dicen, tal fecha voy a estar en Washington, en Los Ángeles, en Texas”,  compartió.

De acuerdo con sus registros, de cada 100 mujeres que ella alberga, 70 logran cruzar a Estados Unidos, pero también depende de la política gubernamental, son secretos, pero sí han logrado entrar, y aunque esté difícil la política migratoria aquí en México o en Estados Unidos, han logrado entrar porque acaban de entrar unas y ya están allá, van otras y entran, y todas estas mujeres, de estas 70 mujeres, sólo 20 llevan una residencia, las demás van de forma irregular… esa esperanza letargada que da la sonrisa de Yaneth, siempre puede cambiar la condición de las mujeres, las niñas, los niños, las adolescentes, tratando siempre de esperar la respuesta de las personas que se suman de buena voluntad, pero sobre todo también hacer el llamado al estado para que asuma la responsabilidad que le corresponde, un gran trabajo, esperando se junte mucho apoyo, le agradecieron por su trabajo y activismo a favor de otras mujeres migrantes, pues pese a que sean de otro país no deberían no importar, al contrario, somos del mismo universo y en todos los países hay gente buena y mala, eso no tiene nada que ver.

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